Disculpe Don Huergo, no nos conocemos. He leido su nota y me ha parecido lo suficientemente seria como incorporarla al blog. Creo en la democracia verdadera, donde podemos disentir pero el pensamiento colectivo se contruye con las opiniones "ciertas" fundadas en los conocimientos y saberes de cada quien.
Sé de salud. Mi vida fue construida por y para...
No obstante llevo el campo en la sangre.
Llevo el viento en la cara y en las manos llevo las marcas de las púas galvanizadas.
No sé de producción agrícola porque el viento de la vida me llevó para otro lado, pero cada vez que puedo regreso a los horizontes lejanos.
Los necesito para nutrirme de energía.
Conozco muchísima gente de campo y hasta tengo una hija VETERINARIA por propia decisión, la MARÍA EUGENIA (alias la petisa).
La gente de campo con la que guardo vínculos tiene que ver con los que crían vacas, hacen tambo. Crían caballos. Hacen soja, trigo, maíz, girasol, y cebada, alfalfa, o lo que venga. Tienen viñedos o producen miel.
Algunos tienen extensiones regulares. Otros son de los "chicos".
Sé de sus vidas.
Por ello, don Huergo, disculpe si lo tomo de referencia. Prefiero la gente que cuando habla mira a los ojos y cuando da la mano usted siente un abrazo. No quiero tratados de economía rural porque creo en lo que he visto y vivido en mi recorrido por el mundo. Los que saben de campo saben lo que es juntar la bosta con la mano...
Carta abierta al ministro Lousteau
Héctor A. Huergo.
Estimado Ministro:
Disculpe si hago pública esta carta. Pero me parece que usted acaba de instaurar una política para el sector agropecuario que, por sus implicancias, amerita un profundo análisis. Creo que mejor hubiera sido hacer eso antes de firmar el decreto que impone las 'retenciones móviles', un mecanismo inédito que implica de hecho una verdadera confiscación de la renta rural.
La reacción del sector ha sido tan obvia como justificada, pero quizá en el fragor de la respuesta no se haya profundizado lo suficiente en los conceptos que usted planteó para sustentar la medida.
A nadie escapa el objetivo fiscalista de las nuevas reglas. Pero usted desmintió públicamente que el objetivo sea mejorar la situación de caja.
Usted, en la argumentación previa, sostiene que el objetivo de su plan es 'Detener la sojización'. ¿Usted es consciente de lo que esto implica?
La soja, curiosidad botánica hace treinta años, este año facturará 25.000 millones de dólares FOB. Y no está sola, es simplemente la abanderada de un proceso de intensificación de la agricultura que colocó de nuevo a la Argentina en el mapamundi. Pero la soja es el único producto de la economía nacional en el que la Argentina juega en primera. Se ha convertido en el primer exportador mundial de los dos productos que se obtienen a partir de ella: la harina de alto contenido de proteína, y el aceite. Se han invertido en los últimos 20 años más de 10.000 millones de dólares en puertos privados y plantas de procesamiento. Y los productores han invertido otros tantos en tractores, sembradoras, pulverizadoras automotrices, cosechadoras y camiones.
El interior se ha movido al compás de la soja. Centenares de pueblos en todo el país se mueven al compás de esta oleaginosa. Se está expandiendo la frontera agropecuaria. Surgen pueblos aletargados, como Bandera en Santiago del Estero o Charata en el Chaco. Sin hablar de la prosperidad del interior de las provincias de Córdoba, Santa Fé, con emporios como Río Cuarto, Venado Tuerto, América, Rafaela, para citar algunos ejemplos. Creo que usted no los conoce, ni se los imagina. De lo contrario, no hablaría tan livianamente de la 'sojización' como algo que debe ser frenado.
Usted atribuye a este fenómeno de 'sojización' la escasez relativa de leche y carne, e incluso señala que son actividades a las que es muy difícil volver cuando se las abandona. Le explico, si me lo permite.
Hace muchos años que la gente de campo tomó conciencia de que las vacas no hacen fotosíntesis. Esta es una capacidad que sólo tienen las plantas. Las vacas lecheras y los novillos sólo transforman en leche o carne el forraje que consumen.
Estimado Lousteau: una hectárea de maíz, con la nueva tecnología, rinde 10.000 kilos de grano. Un novillo encerrado en un corral convierte 7 kilos de maíz en uno de carne. Por lo tanto, una hectárea de maíz da 1.500 kilos de carne. Pero si en lugar de sembrar maíz, la destinamos a hacer un engorde pastoril, como el que usted propone -convengamos que acompañado por algún gobernador tan poco conocedor como sus asesores- va a lograr sólo 300 kilos de carne. Es la quinta parte, Lousteau. Lo mismo pasa con la leche. Por eso, en las tierras agrícolas de todo el mundo los animales no pastan. Están encerrados y comen los granos obtenidos en esas tierras. Esto es inexorable.
Forzar la vuelta a la Edad Media va a provocar hambre y desocupación, y se va a resentir la salud macroeconómica. Su decisión, señor ministro, es extremadamente temeraria.
Usted habló después de que los productores de soja tienen una 'superrenta'. ¿Cuál es el pecado?. Apostaron y les fue bien. Si usted necesita la plata de ellos, pídala prestada. Es lo que pasaría en un país en serio, como sus patrones se ufanan. La confiscación nos retrotrae a nuestras peores costumbres. Usted parecía diferente.
NOTA del BLOG: La POLÍTICA vigente en nuestro país es CONFISCATORIA porque detrás de ello se oculta la incapacidad para la gestión. Fíjese Usted Don Huergo, hablamos de subsidios, hablamos de pobreza, hablamos de equidad y solidaridad, pero de crear fuentes de trabajo genuino no se habla. Nuestro país está ingresando al virtualismo de las teorías de mercado que rigen en los mercados del imperio, lo tuyo es mío y lo mío sólo es mío. Mire cómo se licuaron las promesas para reconstruir Nueva Orleans después de Katrina. Pregúntele a un norteamericano de New Jersey que piensa de un texano. No sé si comprende mi mensaje.
sábado, 29 de marzo de 2008
MENTIRAS... TAN SOLO MENTIRAS.
Mentira 1: 'Gracias a las retenciones el campo tiene el gas-oil barato' (Ministro Lousteau)
Realidad: El gas oil para el transporte en colectivos vale $1, en los surtidores de las estaciones de servicio (precio al público) $1.70 a $2 y para el campo (mayorista) vale $2.20 a $2.30. Y en los momentos de mayor consumo, siembra – cosecha, muchas veces no se consigue.
Mentira 2: 'Gracias a las retenciones el campo tiene un tipo de cambio competitivo' (Ministro Lousteau)
Realidad: El campo vende con un dólar entre $1.75 y $2.05 (tipo de cambio menos retenciones) según los productos; y compra los insumos con un dólar de $3.15. ¿Quién puede competir así? Y los Industriales que, no tienen este dolar ???
Mentira 3: 'En el 2008 el productor recibirá el precio lleno del trigo' (Secretario de Agricultura, de Urquiza)
Realidad: En el mercado externo el trigo vale $1150 por tn., por las retenciones el Gobierno se lleva $332 por tn., exportadores y/o molineros (amigos del Gobierno)se quedan con $248 por tn., y el productor cobra puesto en el puerto $580 por tn., solo el 50% del precio lleno.
Mentira 4: 'El objetivo de las retenciones es que los consumidores tengan alimentos baratos'.
Realidad: El trigo en el 2002 (año en el que se reimplantaron las retenciones) valía $380 por tn., ahora vale $580 por tn., es decir que aumento el 52%. El precio del pan ese mismo año era $2 por kg., hoy cuesta $4 el kg., el aumento es del 100%. El principal objetivo de las retenciones es recaudatorio.
Mentira 5: 'Al campo le va tan bien, que desde que asumió este Gobierno, el precio de la tierra aumentó seis veces'. (Ministro Alberto Fernández y Randazzo).
Realidad: El precio de los campos aumentó pero no lo compran los verdaderos productores con sus ganancias, sino empresarios, industriales y sindicalistas allegados al Gobierno con fortunas de dudosa procedencia. (Moyano, Eurnekian, Werthein, etc.)
Mentira 6: 'La carne no esta afectada por las retenciones' (Ministro Alberto Fernández)
Realidad: Las retenciones a las exportaciones de carne, desde 2002 al 2006, pasaron del 5 al 15 %. Además, el mercado de la carne está fuertemente intervenido con precios máximos, manipulación de los Registros de Exportación, aprietes a consignatarios y frigoríficos para firmar acuerdos, etc.
Mentira 7: 'El campo se queja y tiene superganancias'. (Ministro Alberto Fernández, Lousteau).
Realidad: En la zona de Coronel Borrego, triguera por excelencia, con los valores actuales, los rendimientos necesarios para sólo cubrir los costos es de 2900 kg por hectárea. El rendimiento promedio es 2400 kg por hectárea. ¿Se gana algo? ¿Hay ganancias extraordinarias?... Y si las hubiera, ¡¿Es un delito que un empresario que arriesga capital, invierte y genera trabajo tenga ganancias?!
Mentira 8: 'El campo vende a precios internacionales y compra insumos a valores que se han mantenido en pesos' (Ministro Alberto Fernández).
Realidad: Las retenciones le ponen un precio tope al precio que recibe el productor, actúan como un precio máximo, por lo que los chacareros no se benefician con los aumentos de los precios internacionales. Por otro lado, en el último año, los insumos aumentaron en promedio el 70% en dólares.
Mentira 9: 'Este Gobierno no tiene una política anti campo' (Ministro Alberto Fernández y Secretario de Agricultura de Urquiza)
Realidad: ¿¡Todo esto le parece poco?!
Es bueno que cada ARGENTINO conozca los verdaderos motivos de los reclamos de la gente de campo y mostrarles que las declaraciones del Gobierno no se ajustan a la realidad.
Disculpe las molestias que ocasionamos en su viaje, pero nuestra dignidad es la columna vertebral de la ARGENTINA como país, sin ella no existimos.
Lean esto sobre Hugo Moyano,
El simpatiquísimo y agradable Hugo acaba de adquirir la emblemática estancia 'San Ignacio' a la familia Naón Pirovano, en el partido de Henderson. Adquisición que le debe haber costado sus buenos dólares, puesto que en la zona la hectárea no baja de los u$s 4.000, y los campos no bajan de las 1.000 hectáreas, o sea que ninguno baja de los u$s 4.000.000.- (cuatro millones de dólares), a lo que habría que agregar el magnífico casco, que como habrán visto, se publica en varios libros de catálogo de 'Estancias Argentinas'.
Esperamos que a ningún Fiscal de la República, ni mucho menos la AFIP que tanto trabaja por nuestra prosperidad y la de todos los miembros de los sectores productivos, quieran investigar el origen del dinero (bien habido, por supuesto) para complicarle la vida a nuestro flamante vecino.
¡Por favor comuniquen esta noticia a sus amigos, y démosle la bienvenida a este nuevo vecino!
Ariel Nicolás Martella
Martella / Larrañaga Abogados
Tel. (0054) (0291) 4553148 - 4561799
Alsina 35 Piso 6 Oficinas 1/5
(B8000IHA) Bahía Blanca - Argentina
Realidad: El gas oil para el transporte en colectivos vale $1, en los surtidores de las estaciones de servicio (precio al público) $1.70 a $2 y para el campo (mayorista) vale $2.20 a $2.30. Y en los momentos de mayor consumo, siembra – cosecha, muchas veces no se consigue.
Mentira 2: 'Gracias a las retenciones el campo tiene un tipo de cambio competitivo' (Ministro Lousteau)
Realidad: El campo vende con un dólar entre $1.75 y $2.05 (tipo de cambio menos retenciones) según los productos; y compra los insumos con un dólar de $3.15. ¿Quién puede competir así? Y los Industriales que, no tienen este dolar ???
Mentira 3: 'En el 2008 el productor recibirá el precio lleno del trigo' (Secretario de Agricultura, de Urquiza)
Realidad: En el mercado externo el trigo vale $1150 por tn., por las retenciones el Gobierno se lleva $332 por tn., exportadores y/o molineros (amigos del Gobierno)se quedan con $248 por tn., y el productor cobra puesto en el puerto $580 por tn., solo el 50% del precio lleno.
Mentira 4: 'El objetivo de las retenciones es que los consumidores tengan alimentos baratos'.
Realidad: El trigo en el 2002 (año en el que se reimplantaron las retenciones) valía $380 por tn., ahora vale $580 por tn., es decir que aumento el 52%. El precio del pan ese mismo año era $2 por kg., hoy cuesta $4 el kg., el aumento es del 100%. El principal objetivo de las retenciones es recaudatorio.
Mentira 5: 'Al campo le va tan bien, que desde que asumió este Gobierno, el precio de la tierra aumentó seis veces'. (Ministro Alberto Fernández y Randazzo).
Realidad: El precio de los campos aumentó pero no lo compran los verdaderos productores con sus ganancias, sino empresarios, industriales y sindicalistas allegados al Gobierno con fortunas de dudosa procedencia. (Moyano, Eurnekian, Werthein, etc.)
Mentira 6: 'La carne no esta afectada por las retenciones' (Ministro Alberto Fernández)
Realidad: Las retenciones a las exportaciones de carne, desde 2002 al 2006, pasaron del 5 al 15 %. Además, el mercado de la carne está fuertemente intervenido con precios máximos, manipulación de los Registros de Exportación, aprietes a consignatarios y frigoríficos para firmar acuerdos, etc.
Mentira 7: 'El campo se queja y tiene superganancias'. (Ministro Alberto Fernández, Lousteau).
Realidad: En la zona de Coronel Borrego, triguera por excelencia, con los valores actuales, los rendimientos necesarios para sólo cubrir los costos es de 2900 kg por hectárea. El rendimiento promedio es 2400 kg por hectárea. ¿Se gana algo? ¿Hay ganancias extraordinarias?... Y si las hubiera, ¡¿Es un delito que un empresario que arriesga capital, invierte y genera trabajo tenga ganancias?!
Mentira 8: 'El campo vende a precios internacionales y compra insumos a valores que se han mantenido en pesos' (Ministro Alberto Fernández).
Realidad: Las retenciones le ponen un precio tope al precio que recibe el productor, actúan como un precio máximo, por lo que los chacareros no se benefician con los aumentos de los precios internacionales. Por otro lado, en el último año, los insumos aumentaron en promedio el 70% en dólares.
Mentira 9: 'Este Gobierno no tiene una política anti campo' (Ministro Alberto Fernández y Secretario de Agricultura de Urquiza)
Realidad: ¿¡Todo esto le parece poco?!
Es bueno que cada ARGENTINO conozca los verdaderos motivos de los reclamos de la gente de campo y mostrarles que las declaraciones del Gobierno no se ajustan a la realidad.
Disculpe las molestias que ocasionamos en su viaje, pero nuestra dignidad es la columna vertebral de la ARGENTINA como país, sin ella no existimos.
Lean esto sobre Hugo Moyano,
El simpatiquísimo y agradable Hugo acaba de adquirir la emblemática estancia 'San Ignacio' a la familia Naón Pirovano, en el partido de Henderson. Adquisición que le debe haber costado sus buenos dólares, puesto que en la zona la hectárea no baja de los u$s 4.000, y los campos no bajan de las 1.000 hectáreas, o sea que ninguno baja de los u$s 4.000.000.- (cuatro millones de dólares), a lo que habría que agregar el magnífico casco, que como habrán visto, se publica en varios libros de catálogo de 'Estancias Argentinas'.
Esperamos que a ningún Fiscal de la República, ni mucho menos la AFIP que tanto trabaja por nuestra prosperidad y la de todos los miembros de los sectores productivos, quieran investigar el origen del dinero (bien habido, por supuesto) para complicarle la vida a nuestro flamante vecino.
¡Por favor comuniquen esta noticia a sus amigos, y démosle la bienvenida a este nuevo vecino!
Ariel Nicolás Martella
Martella / Larrañaga Abogados
Tel. (0054) (0291) 4553148 - 4561799
Alsina 35 Piso 6 Oficinas 1/5
(B8000IHA) Bahía Blanca - Argentina
YA NADA QUEDA EN MI CASA NATAL
Esta madrugada veia la expresión sorprendida, triste, preocupada, amarga de mis conciudadanos, los pequeños productores rurales de Entre Ríos. Gente de "Laburo" que no tiene almanaque, no tiene horarios, pero que agacha la cabeza y dobla el lomo para hacer una tarea dura, que muchos quieren evitar a toda costa porque el esfuerzo es monumental y la retribución no es buena.
Alcanza con ver con las caras. Sobra apreciando las vestimentas.
Pero la gente con mayúsculas piensa con la cabeza. No con el rostro y mucho menos con las ropas.
La gente de mi tierra es simple.
Si tiene con qué, se da el gusto. De lo contrario se arregla con lo puesto.
No obstante ello, hace muchos años que se viene fabricando una porción de la sociedad que no sabe agarrar una pala, mucho menos hacer un pozo, ni qué hablar de clavar un poste o de estirar un alambrado. Esa es tarea para los que nacieron en la lejanía.
La ARGENTINA FEDERAL esa que recitan los libros es una visión deformada de la realidad. Sencillamente NO EXISTE.
TRISTE.
En las ciudades, de cualquier provincia y desde luego en la propia Capital Federal, trabajan miles personas en distintas tareas. La sociedad humana ha hecho un culto al "escritorio" y por lo tanto, cuando pueden sus miembros se refugian en sus títulos y honores para que su trabajo brille más. Tal como están las cosas en el mundo eso es necesario. Sin computadora, esta civilización no podría existir... sin embargo apenas el 8% de la población mundial tiene acceso a ella y con las limitaciones lógicas de los idiomas se reduce el acceso genuino a la información.
Lo mismo ocurre con los teléfonos celulares. Si estás en el radio de la antena todo bien, pero si te vas del alcance quedas aislado, marginado, depreciado, como la gran mayoría.
Entiendo que esta civilización está construida sobre la base de la llave para aprender y apagar la luz. Esta cultura ya no sabe lo qué es ni qué significa la oscuridad. Cuando llega, simplemente hace click. Ya está. Todo bien.
Miles de personas que no saben lo que es vivir sin heladera, sin lavarropas, sin audio, sin TV, sin aspiradora, enceradora, agujereadora eléctrica, cualquier cosa que se enchufe y tenga una tecla para hacer click y ande. A pesar de ello, no debemos perder de vista que la humanidad ha transcurrido más tiempo sin confort que con él. En relación matemático-concreta tenemos una relación de tiempo de 100.000:1 en favor de vivir sin la ayuda del enchufe. Pero claro, nos acostumbramos rápido a aquello que nos ahorra energías y nos da placer.
La cuestión es que la gente que tiene acceso a la comodidad como conjunto de cosas que te resuelven los esfuerzos, es la que por una extraña casualidad del destino, toma las decisiones que alteran, modifican, complican, entorpecen, traban, el trabajo de todos aquellos que nos dan de comer, no porque lo paguen sino porque si ellos no hicieran lo que hacen, el imperio del escritorio estaría francamente muerto.
No podrían existir los títulos de universidades privadas o públicas, no podría existir el pensamiento abstracto, no podría generalizarse el hecho cultural, porque habría que criar las gallinas cuyas plumas le producen alergia a muchos. Peor aún, habría que ensuciarse las manos con barro o caerse arriba de una montaña de bosta vacuna.
He ahí la diferencia.
El imperio del escritorio aporta satisfacciones porque brinda mejores réditos sin esfuerzo físico.
Este imperio, entonces, se va conformando con un montón de gente que sigue sin saber lo que es el sudor corriendo por la frente, arando a las tres de la madrugada, haga o no calor, llueva o truene, con o sin cambio climático. Por ende, tampoco conoce el ángulo de una pala plana respecto de la otra que llamamos de punta (puntear). Ellos saben que abriendo una canilla sale agua y eso hay que aprovecharlo. Nadie de estos es consciente que mientras el agua corre hay cientos de miles de prójimos que esperan que llueva para saciar la sed. Ni que hablar de bañarse.
He ahí otra diferencia.
Los que forman el imperio de escritorio viven en un mundo virtual donde el grupo se protege fabricando oportunidades de convivencia, por ejemplo mediante un partido de tenis, un football 5, o actividades similares como correr o andar en bicicleta, porque a la hora de las actividades vuelven a la cultura del enchufe. Hacen click, ingresan en google, en yahoo o similares y todo regresa a la normalidad. Virtual.
Pero dado que han aprendido del marketing y la ciencia de los negocios, toman decisiones grandes o pequeñas que afectan a los terceros ya sea porque les venden cosas o marcan tendencias de consumo o imponen ideas mediáticas para que el "consumo" continúe resolviendo sus vidas.
Realmente es lindo esto de manejarle la vida al resto.
Curiosamente, este imperio de escritorio reúne a un montón de funcionarios políticos y técnicos de cualquier Gobierno, los que la mayoría de las veces nunca han visto una pala más que en la ferretería. Pero esos funcionarios son los que deciden justamente todo aquello que afecta a las personas que arrastran el carro. Este criterio social se viene imponiendo desde hace muchos años, tantos que ya no se sabe cuándo comenzó, quizás en tiempos de los romanos o peor en los de los egipcios.
Esos mismos funcionarios políticos que se dicen democráticos son los que deciden que esta gente pobre, apenas si merece vivir para hacer el trabajo duro, pero generan, fabrican, condicionan, limitan, entorpecen una realidad de modo de apropiarse de sus bienes, directa o indirectamente.
El sometimiento dirigido es un acto humano antiguo.
Esos mismos funcionarios políticos contratan a otros técnicos que respalden sus acciones e inteligencias. Estos últimos funcionan al modo de fusibles, esto es que cuando a los primeros ya no le son útiles los despiden permitiendo que se construyan curriculums de virtualismo empírico. Mucho título, mucha historia, poco contenido genuino.
Tomando los últimos siete años de la historia Argentina, justamente esta circunstancia, mecanismo, procedimiento o similar, enseña un notable crecimiento. Significativo dirían los que manejan estadísticas. Así, de una ARGENTINA destruida, marginada, empobrecida, diezmada y pulverizada por la incapacidad de gestión de la década del noventa, pasamos a una ARGENTINA reluciente por obra y gracia de vaya a saber qué hado de la naturaleza. No obstante ello, las gentes (mayoría) que viven y transcurren sus días en dicho país, suyo y mío pero esencialmente con dueños políticos K o de los otros, sigue empobrecida, marginada, usada, por el prolijo manejo de indicadores y políticas que afectan la vida de los demás mientras unos pocos se llenan los bolsillos y se compran zapatos de mil euros.
No está mal que se compren carteras de cinco mil dólares o autos importados ya que eso sirve para dar el ejemplo de lo que se debe hacer para alcanzar la posición de "vip", "alto funcionario", etc.
Claro está, el resto sigue o si se quiere "seguimos" caidos del sistema.
Sin alternativas.
Sin opciones.
Porque en los noventa gran parte de la sociedad perdió la cultura del trabajo, así como luego perdió el techo y ni qué hablar de los servicios elementales.
La clase política posterior a los noventa pero del mismo signo y color, ha cultivado prolijamente el sostenimiento de la circunstancia, léase: fabricar la situación para que la gente pierda su dignidad y se arrodille a cambio de un mendrugo de pan.
Son muchos, somos muchos, los que están o estamos tristes, fané, descangallados, pero sin percha porque ya no hay ni dónde colgarla ni qué ponerle.
La diferencia entre los noventa y esto es que en aquel tiempo las gentes perdieron sus derechos ciudadanos mientras ejercían un "rivaival" (mirá cómo te lo digo) del "deme dos". ¿Y ahora?... bueno, ahora no tenemos derechos ciudadanos (salvo votarlos a los mismos de siempre, pero peores), hemos perdido además el derecho a la propiedad privada y estamos en camino perder la dignidad social ya que la personal en muchos de los casos individuales ya no existe.
Estos funcionarios políticos, y sus técnicos, han aprovechado la oportunidad incluso para fabricar nuevos mecanismos de producción, por ejemplo: narcotráfico, juego, venta de bebidas energizantes, placer telefónico, pornografía virtual, secuestros, asesinatos, robos, tráfico de órganos, etc., ya que manejando las variables judiciales todo finalmente permanecerá impune, digamos olvidado.
En esta descripción pseudo minuciosa del infierno nuestro de cada día, vivimos la mayoría de los argentinos que sólo servimos para votar a los mismos de siempre.
No obstante ello, se percibe que el "juicio final" está cerca.
A la vuelta de esquina.
¿Por qué?
Porque ahora en el nuevo modelo K, la familia que se ha apoderado del poder, ha decidido apropiarse de los restos de nuestra tierra.
Hablan de reforma, pero en realidad generan la circunstancia para que todo empeore de forma que los pobres deban pedir al rey o a la reina que les concedan alguna indulgencia para seguir respirando.
No sé si recuerdan, así comenzó la Revolución Francesa (sucedía algo parecido).
No sé si recuerdan, así aconteció la caída de los Zares (pasaba algo semejante).
No sé si recuerdan, cuántos inocentes fueron sacrificados por la desidia de esta clase humana que se viste de cordero pero que en realidad son lobos que viven de la rapiña.
La historia vuelve a repetirse... mi muñequita dulce y rubia,
la misma luz, la misma lluvia,
el mismo, mismo loco afán.
Dios se apiade de nosotros.
En el OLIMPO, léase Balcarce 50, todo sigue igual.
Sábado, 29 de marzo de 2008.
Alcanza con ver con las caras. Sobra apreciando las vestimentas.
Pero la gente con mayúsculas piensa con la cabeza. No con el rostro y mucho menos con las ropas.
La gente de mi tierra es simple.
Si tiene con qué, se da el gusto. De lo contrario se arregla con lo puesto.
No obstante ello, hace muchos años que se viene fabricando una porción de la sociedad que no sabe agarrar una pala, mucho menos hacer un pozo, ni qué hablar de clavar un poste o de estirar un alambrado. Esa es tarea para los que nacieron en la lejanía.
La ARGENTINA FEDERAL esa que recitan los libros es una visión deformada de la realidad. Sencillamente NO EXISTE.
TRISTE.
En las ciudades, de cualquier provincia y desde luego en la propia Capital Federal, trabajan miles personas en distintas tareas. La sociedad humana ha hecho un culto al "escritorio" y por lo tanto, cuando pueden sus miembros se refugian en sus títulos y honores para que su trabajo brille más. Tal como están las cosas en el mundo eso es necesario. Sin computadora, esta civilización no podría existir... sin embargo apenas el 8% de la población mundial tiene acceso a ella y con las limitaciones lógicas de los idiomas se reduce el acceso genuino a la información.
Lo mismo ocurre con los teléfonos celulares. Si estás en el radio de la antena todo bien, pero si te vas del alcance quedas aislado, marginado, depreciado, como la gran mayoría.
Entiendo que esta civilización está construida sobre la base de la llave para aprender y apagar la luz. Esta cultura ya no sabe lo qué es ni qué significa la oscuridad. Cuando llega, simplemente hace click. Ya está. Todo bien.
Miles de personas que no saben lo que es vivir sin heladera, sin lavarropas, sin audio, sin TV, sin aspiradora, enceradora, agujereadora eléctrica, cualquier cosa que se enchufe y tenga una tecla para hacer click y ande. A pesar de ello, no debemos perder de vista que la humanidad ha transcurrido más tiempo sin confort que con él. En relación matemático-concreta tenemos una relación de tiempo de 100.000:1 en favor de vivir sin la ayuda del enchufe. Pero claro, nos acostumbramos rápido a aquello que nos ahorra energías y nos da placer.
La cuestión es que la gente que tiene acceso a la comodidad como conjunto de cosas que te resuelven los esfuerzos, es la que por una extraña casualidad del destino, toma las decisiones que alteran, modifican, complican, entorpecen, traban, el trabajo de todos aquellos que nos dan de comer, no porque lo paguen sino porque si ellos no hicieran lo que hacen, el imperio del escritorio estaría francamente muerto.
No podrían existir los títulos de universidades privadas o públicas, no podría existir el pensamiento abstracto, no podría generalizarse el hecho cultural, porque habría que criar las gallinas cuyas plumas le producen alergia a muchos. Peor aún, habría que ensuciarse las manos con barro o caerse arriba de una montaña de bosta vacuna.
He ahí la diferencia.
El imperio del escritorio aporta satisfacciones porque brinda mejores réditos sin esfuerzo físico.
Este imperio, entonces, se va conformando con un montón de gente que sigue sin saber lo que es el sudor corriendo por la frente, arando a las tres de la madrugada, haga o no calor, llueva o truene, con o sin cambio climático. Por ende, tampoco conoce el ángulo de una pala plana respecto de la otra que llamamos de punta (puntear). Ellos saben que abriendo una canilla sale agua y eso hay que aprovecharlo. Nadie de estos es consciente que mientras el agua corre hay cientos de miles de prójimos que esperan que llueva para saciar la sed. Ni que hablar de bañarse.
He ahí otra diferencia.
Los que forman el imperio de escritorio viven en un mundo virtual donde el grupo se protege fabricando oportunidades de convivencia, por ejemplo mediante un partido de tenis, un football 5, o actividades similares como correr o andar en bicicleta, porque a la hora de las actividades vuelven a la cultura del enchufe. Hacen click, ingresan en google, en yahoo o similares y todo regresa a la normalidad. Virtual.
Pero dado que han aprendido del marketing y la ciencia de los negocios, toman decisiones grandes o pequeñas que afectan a los terceros ya sea porque les venden cosas o marcan tendencias de consumo o imponen ideas mediáticas para que el "consumo" continúe resolviendo sus vidas.
Realmente es lindo esto de manejarle la vida al resto.
Curiosamente, este imperio de escritorio reúne a un montón de funcionarios políticos y técnicos de cualquier Gobierno, los que la mayoría de las veces nunca han visto una pala más que en la ferretería. Pero esos funcionarios son los que deciden justamente todo aquello que afecta a las personas que arrastran el carro. Este criterio social se viene imponiendo desde hace muchos años, tantos que ya no se sabe cuándo comenzó, quizás en tiempos de los romanos o peor en los de los egipcios.
Esos mismos funcionarios políticos que se dicen democráticos son los que deciden que esta gente pobre, apenas si merece vivir para hacer el trabajo duro, pero generan, fabrican, condicionan, limitan, entorpecen una realidad de modo de apropiarse de sus bienes, directa o indirectamente.
El sometimiento dirigido es un acto humano antiguo.
Esos mismos funcionarios políticos contratan a otros técnicos que respalden sus acciones e inteligencias. Estos últimos funcionan al modo de fusibles, esto es que cuando a los primeros ya no le son útiles los despiden permitiendo que se construyan curriculums de virtualismo empírico. Mucho título, mucha historia, poco contenido genuino.
Tomando los últimos siete años de la historia Argentina, justamente esta circunstancia, mecanismo, procedimiento o similar, enseña un notable crecimiento. Significativo dirían los que manejan estadísticas. Así, de una ARGENTINA destruida, marginada, empobrecida, diezmada y pulverizada por la incapacidad de gestión de la década del noventa, pasamos a una ARGENTINA reluciente por obra y gracia de vaya a saber qué hado de la naturaleza. No obstante ello, las gentes (mayoría) que viven y transcurren sus días en dicho país, suyo y mío pero esencialmente con dueños políticos K o de los otros, sigue empobrecida, marginada, usada, por el prolijo manejo de indicadores y políticas que afectan la vida de los demás mientras unos pocos se llenan los bolsillos y se compran zapatos de mil euros.
No está mal que se compren carteras de cinco mil dólares o autos importados ya que eso sirve para dar el ejemplo de lo que se debe hacer para alcanzar la posición de "vip", "alto funcionario", etc.
Claro está, el resto sigue o si se quiere "seguimos" caidos del sistema.
Sin alternativas.
Sin opciones.
Porque en los noventa gran parte de la sociedad perdió la cultura del trabajo, así como luego perdió el techo y ni qué hablar de los servicios elementales.
La clase política posterior a los noventa pero del mismo signo y color, ha cultivado prolijamente el sostenimiento de la circunstancia, léase: fabricar la situación para que la gente pierda su dignidad y se arrodille a cambio de un mendrugo de pan.
Son muchos, somos muchos, los que están o estamos tristes, fané, descangallados, pero sin percha porque ya no hay ni dónde colgarla ni qué ponerle.
La diferencia entre los noventa y esto es que en aquel tiempo las gentes perdieron sus derechos ciudadanos mientras ejercían un "rivaival" (mirá cómo te lo digo) del "deme dos". ¿Y ahora?... bueno, ahora no tenemos derechos ciudadanos (salvo votarlos a los mismos de siempre, pero peores), hemos perdido además el derecho a la propiedad privada y estamos en camino perder la dignidad social ya que la personal en muchos de los casos individuales ya no existe.
Estos funcionarios políticos, y sus técnicos, han aprovechado la oportunidad incluso para fabricar nuevos mecanismos de producción, por ejemplo: narcotráfico, juego, venta de bebidas energizantes, placer telefónico, pornografía virtual, secuestros, asesinatos, robos, tráfico de órganos, etc., ya que manejando las variables judiciales todo finalmente permanecerá impune, digamos olvidado.
En esta descripción pseudo minuciosa del infierno nuestro de cada día, vivimos la mayoría de los argentinos que sólo servimos para votar a los mismos de siempre.
No obstante ello, se percibe que el "juicio final" está cerca.
A la vuelta de esquina.
¿Por qué?
Porque ahora en el nuevo modelo K, la familia que se ha apoderado del poder, ha decidido apropiarse de los restos de nuestra tierra.
Hablan de reforma, pero en realidad generan la circunstancia para que todo empeore de forma que los pobres deban pedir al rey o a la reina que les concedan alguna indulgencia para seguir respirando.
No sé si recuerdan, así comenzó la Revolución Francesa (sucedía algo parecido).
No sé si recuerdan, así aconteció la caída de los Zares (pasaba algo semejante).
No sé si recuerdan, cuántos inocentes fueron sacrificados por la desidia de esta clase humana que se viste de cordero pero que en realidad son lobos que viven de la rapiña.
La historia vuelve a repetirse... mi muñequita dulce y rubia,
la misma luz, la misma lluvia,
el mismo, mismo loco afán.
Dios se apiade de nosotros.
En el OLIMPO, léase Balcarce 50, todo sigue igual.
Sábado, 29 de marzo de 2008.
LA SOBERBIA DEL PODER
Carta abierta a la Señora Presidenta
Cristina Fernández de Kirchner
SOCIEDAD = SOBERANÍA = TODOS NOSOTROS
Víctor Norberto Cerasale
Desde hace 39 años me dedico a la salud. He transitado mi vida laboral por el mundo. He caminado la Argentina metro a metro. Soy una “rara avis” de la ciudad que ama el campo, que necesita ver el horizonte para estar en armonía con la naturaleza. Más allá de ello soy un ciudadano que luego de haber andado trajinando por el planeta reconoce que nuestra tierra es la mejor, la más linda, la más… contradictoria y paradójica. Me gusta el dulce de leche, el mate, aunque no me deslumbran y nunca lo hicieron las luces de Buenos Aires. Prefiero el campo. Prefiero la lejanía.
Seguramente debiera seguir escribiendo de temas de salud y ocupándome de mis cosas. Sin embargo, sigo siendo ciudadano argentino y como tal ejerzo mi derecho a expresarme, en democracia, en esa que declamamos pero a la cual desdibujamos cada vez que podemos ya que nuestro país continúa sin aprender la lección. Somos buenos poniendo títulos. Mucho mejores haciendo diagnósticos. Pero lo que escribimos con la mano lo borramos con el codo y tal lo expresara Ortega y Gasset seguimos sin ver dónde está el foco de las cosas.
Una vez más la Señora Presidenta y su esposo, el ex –presidente, reiteran el error de buscar apoyo en la adulación y la obsecuencia. Haber convocado a un acto en Parque Norte para decir un discurso de género no aparece como una reacción feliz al mensaje que gran parte de la sociedad argentina le está enviando. Quizás la gente que la asesora no dimensiona todo lo que se esconde detrás de una olla golpeada.
Indudablemente hay un fantasma en Balcarce 50 que nubla las mentes y anula la capacidad para reflexionar las enseñanzas de la historia. Quizás sean duendes malignos que consumen el sentido común. Por tomar una referencia, desde el advenimiento de la democracia en 1983, todos los que han pasado por allí se han creído que el voto los habilita a la rapiña, a la ventajeada, al atropello o bien, simplemente a creerse que el poder es sinónimo de apropiamiento.
La Señora Presidenta seguramente presionada como nunca por las circunstancias no llega a dimensionar que la sociedad argentina toda ha comenzado a transitar junto con ella por el filo de la navaja hacia un abismo que ninguno de nosotros desea. Tampoco lo asumió el ex –presidente Dr. Fernando de la Rua y así nos fue.
Señora Presidenta: sus derechos constitucionales están intactos, pero se equivoca cuando habla de Videla. Videla ya no está. Fue, como dice la historia. Tampoco está Galtieri y su gesta trasnochada contra el imperio. Sin embargo desde la propia Presidencia de la Nación se movilizó a fuerzas de choque para atacar el reclamo social. Exactamente igual que en aquel momento donde las Malvinas se convirtieron en la excusa que ocultó la incapacidad. Bignone ha quedado en el pasado lamentable de una historia que la sociedad aprendió pero que la gran mayoría de la clase política aún no percibe. Los desaparecidos, nunca regresarán de dicha condición aunque la mediatez intente decir lo contrario. Fuimos víctimas pero también culpables de un holocausto que parece no concluir, que se repite con la Embajada de Israel, con la AMIA, con Río Tercero, con Cromagnon, con los ferrocarriles, con la inseguridad cotidiana, con el narcotráfico, con la sojificación, y otros temas no menores, que siguen vivos porque no se resuelven. Nunca.
Señora Presidenta, no logramos despegarnos del pasado sencillamente porque la clase política (mayoritariamente hablando) no tiene futuro.
Ya no se puede hablar de Perón porque el mundo de hoy no tiene nada que ver con los tiempos que le tocaron al general para convertirse en bisagra de la historia argentina. Mucho menos se puede hablar de la Revolución Libertadora que en realidad fabricó un nuevo modelo de sometimiento que se sostuvo en el espacio por décadas. No se puede regresar a “Montoneros” + “ERP” porque tampoco aportaron nada. Algunos de los que se salvaron, negociaron la vida de sus propios compañeros de armas lo cual los empequeñece ante el estrado de la historia… y de eso nadie habla, por las dudas. En la guerra vale todo, ¿no es cierto?
Hoy, Señora Presidente nos enfrentamos a un mundo que se derrumba. Estados Unidos de Norteamérica está en una crisis que arrastrará más tarde o más temprano a todo el sistema financiero mundial. No hace falta ser un genio para darse cuenta. Europa, está jaqueada por problemas que se vienen disimulando desde hace veinte años pero que en este preciso momento está entrando en ebullición. Las gentes empobrecidas de las viejas colonias diezmadas hasta el hartazgo, huyen golpeando las puertas de aquellos que les concedieron la posibilidad de ser ciudadanos de segunda a cambio de limpiarles las letrinas (buenos ejemplos son la comunidad turca en Alemania, los franco-musulmanes del Sahara y norte de África, los albaneses, los…, etc.). JAPÓN vive de lo que depreda en nuestras aguas, mientras los funcionarios de todos los gobiernos democráticos (nuestros) miran para el costado. CHINA está estallando porque tiene dos gravísimos problemas que la aquejan por estas horas, mientras dormimos, por una parte se está desertificando al mismo ritmo del deshielo del Polo Norte y por la otra enfrenta una de las peores crisis sociales de su historia milenaria donde sus gentes están peor que nunca. Nos venden la imagen de Pekín, pero no muy lejos de allí está la otra realidad, la verdadera. Hay muchas más realidades temibles que se extienden por todo el Asia y por todo el mundo. El mayor de los problemas, Señora, es que el mundo donde vivimos Usted y yo se está quedando sin alimentos, sin aire, y sin agua. El dinero, en este estado de cosas, es insignificante. Sencillamente ni usted ni yo podemos comerlo.
ARGENTINA renace cada vez que el mundo se hunde. Esta vez, casi al modo de un eclipse, la crisis de nuestro país en el 2001 y el estallido del modelo de libre mercado están coincidiendo, con una diferencia. El campo que se llama ARGENTINA o bien la ARGENTINA que se llama campo, por ende la gente que allí reside, salvaron hace apenas siete años a la sociedad toda de un penoso avatar del destino y las circunstancias propiciaron una recuperación sin precedentes. Como ciudadano puedo expresarle mi convicción de que no ha sido su esposo el que nos salvó de la debacle, como tampoco el Dr. Lavagna y mucho menos el Dr. Duhalde. Creerse semejante aberración es peligroso para todos. Sería apropiado que ustedes asumieran de una vez por todas que lo que nos salvó no ha sido otra cosa que la casualidad de la causalidad. Sería sensato que reconocieran esto.
El mundo, el resto, se ahoga en sus propios desperdicios. Nuestras acciones han llevado al planeta a un punto de quiebre y la raza humana enfrenta por estas horas un problema que no tiene salidas mágicas.
ARGENTINA, que forma parte del planeta parece algo semejante a una isla. Y en este “momento”, nuevamente la clase política que sigue sin estar a la altura de las circunstancias fabrica una nueva generación de fantasmas para justificar su incapacidad de gestión. Señora Presidenta, escuchar es mucho más importante que hablar. El escuchar habilita a mejorar la capacidad de interpretación de las lecturas y muchas veces éstas expresan una cosa pero en realidad indican otra distinta.
Usted se precia de ser inteligente pero esta circunstancia demanda sabiduría. Si usted persevera en su actitud la sociedad toda le dará la espalda porque los argentinos (la mitad más uno) estamos hartos de los enfrentamientos. Creer que los votos la habilitan a hacer lo que quiere es un error cíclico en que ha incurrido el peronismo. La gente de campo le está diciendo que los cálculos que sus funcionarios han hecho están mal. La sociedad le está diciendo que sus decisiones están equivocadas, apenas a cien días de haber iniciado su gestión. Dar marcha atrás muchas veces se transforma en un gesto de grandeza que provee grandes réditos. La necedad no es buena consejera. La obsecuencia menos, ni qué hablar de los aduladores.
Esta vez, Señora Presidenta debe apelar a la sabiduría porque con la inteligencia no alcanza. Demuéstrese a usted misma y demuéstrenos cuán sabia es. De cara al futuro, el campo será sólo una excusa. Por favor, se lo merece usted y nos lo merecemos todos. Mañana puede ser tarde...
sábado, 29 de marzo de 2008
D.N.I. 10.119.347
Cristina Fernández de Kirchner
SOCIEDAD = SOBERANÍA = TODOS NOSOTROS
Víctor Norberto Cerasale
Desde hace 39 años me dedico a la salud. He transitado mi vida laboral por el mundo. He caminado la Argentina metro a metro. Soy una “rara avis” de la ciudad que ama el campo, que necesita ver el horizonte para estar en armonía con la naturaleza. Más allá de ello soy un ciudadano que luego de haber andado trajinando por el planeta reconoce que nuestra tierra es la mejor, la más linda, la más… contradictoria y paradójica. Me gusta el dulce de leche, el mate, aunque no me deslumbran y nunca lo hicieron las luces de Buenos Aires. Prefiero el campo. Prefiero la lejanía.
Seguramente debiera seguir escribiendo de temas de salud y ocupándome de mis cosas. Sin embargo, sigo siendo ciudadano argentino y como tal ejerzo mi derecho a expresarme, en democracia, en esa que declamamos pero a la cual desdibujamos cada vez que podemos ya que nuestro país continúa sin aprender la lección. Somos buenos poniendo títulos. Mucho mejores haciendo diagnósticos. Pero lo que escribimos con la mano lo borramos con el codo y tal lo expresara Ortega y Gasset seguimos sin ver dónde está el foco de las cosas.
Una vez más la Señora Presidenta y su esposo, el ex –presidente, reiteran el error de buscar apoyo en la adulación y la obsecuencia. Haber convocado a un acto en Parque Norte para decir un discurso de género no aparece como una reacción feliz al mensaje que gran parte de la sociedad argentina le está enviando. Quizás la gente que la asesora no dimensiona todo lo que se esconde detrás de una olla golpeada.
Indudablemente hay un fantasma en Balcarce 50 que nubla las mentes y anula la capacidad para reflexionar las enseñanzas de la historia. Quizás sean duendes malignos que consumen el sentido común. Por tomar una referencia, desde el advenimiento de la democracia en 1983, todos los que han pasado por allí se han creído que el voto los habilita a la rapiña, a la ventajeada, al atropello o bien, simplemente a creerse que el poder es sinónimo de apropiamiento.
La Señora Presidenta seguramente presionada como nunca por las circunstancias no llega a dimensionar que la sociedad argentina toda ha comenzado a transitar junto con ella por el filo de la navaja hacia un abismo que ninguno de nosotros desea. Tampoco lo asumió el ex –presidente Dr. Fernando de la Rua y así nos fue.
Señora Presidenta: sus derechos constitucionales están intactos, pero se equivoca cuando habla de Videla. Videla ya no está. Fue, como dice la historia. Tampoco está Galtieri y su gesta trasnochada contra el imperio. Sin embargo desde la propia Presidencia de la Nación se movilizó a fuerzas de choque para atacar el reclamo social. Exactamente igual que en aquel momento donde las Malvinas se convirtieron en la excusa que ocultó la incapacidad. Bignone ha quedado en el pasado lamentable de una historia que la sociedad aprendió pero que la gran mayoría de la clase política aún no percibe. Los desaparecidos, nunca regresarán de dicha condición aunque la mediatez intente decir lo contrario. Fuimos víctimas pero también culpables de un holocausto que parece no concluir, que se repite con la Embajada de Israel, con la AMIA, con Río Tercero, con Cromagnon, con los ferrocarriles, con la inseguridad cotidiana, con el narcotráfico, con la sojificación, y otros temas no menores, que siguen vivos porque no se resuelven. Nunca.
Señora Presidenta, no logramos despegarnos del pasado sencillamente porque la clase política (mayoritariamente hablando) no tiene futuro.
Ya no se puede hablar de Perón porque el mundo de hoy no tiene nada que ver con los tiempos que le tocaron al general para convertirse en bisagra de la historia argentina. Mucho menos se puede hablar de la Revolución Libertadora que en realidad fabricó un nuevo modelo de sometimiento que se sostuvo en el espacio por décadas. No se puede regresar a “Montoneros” + “ERP” porque tampoco aportaron nada. Algunos de los que se salvaron, negociaron la vida de sus propios compañeros de armas lo cual los empequeñece ante el estrado de la historia… y de eso nadie habla, por las dudas. En la guerra vale todo, ¿no es cierto?
Hoy, Señora Presidente nos enfrentamos a un mundo que se derrumba. Estados Unidos de Norteamérica está en una crisis que arrastrará más tarde o más temprano a todo el sistema financiero mundial. No hace falta ser un genio para darse cuenta. Europa, está jaqueada por problemas que se vienen disimulando desde hace veinte años pero que en este preciso momento está entrando en ebullición. Las gentes empobrecidas de las viejas colonias diezmadas hasta el hartazgo, huyen golpeando las puertas de aquellos que les concedieron la posibilidad de ser ciudadanos de segunda a cambio de limpiarles las letrinas (buenos ejemplos son la comunidad turca en Alemania, los franco-musulmanes del Sahara y norte de África, los albaneses, los…, etc.). JAPÓN vive de lo que depreda en nuestras aguas, mientras los funcionarios de todos los gobiernos democráticos (nuestros) miran para el costado. CHINA está estallando porque tiene dos gravísimos problemas que la aquejan por estas horas, mientras dormimos, por una parte se está desertificando al mismo ritmo del deshielo del Polo Norte y por la otra enfrenta una de las peores crisis sociales de su historia milenaria donde sus gentes están peor que nunca. Nos venden la imagen de Pekín, pero no muy lejos de allí está la otra realidad, la verdadera. Hay muchas más realidades temibles que se extienden por todo el Asia y por todo el mundo. El mayor de los problemas, Señora, es que el mundo donde vivimos Usted y yo se está quedando sin alimentos, sin aire, y sin agua. El dinero, en este estado de cosas, es insignificante. Sencillamente ni usted ni yo podemos comerlo.
ARGENTINA renace cada vez que el mundo se hunde. Esta vez, casi al modo de un eclipse, la crisis de nuestro país en el 2001 y el estallido del modelo de libre mercado están coincidiendo, con una diferencia. El campo que se llama ARGENTINA o bien la ARGENTINA que se llama campo, por ende la gente que allí reside, salvaron hace apenas siete años a la sociedad toda de un penoso avatar del destino y las circunstancias propiciaron una recuperación sin precedentes. Como ciudadano puedo expresarle mi convicción de que no ha sido su esposo el que nos salvó de la debacle, como tampoco el Dr. Lavagna y mucho menos el Dr. Duhalde. Creerse semejante aberración es peligroso para todos. Sería apropiado que ustedes asumieran de una vez por todas que lo que nos salvó no ha sido otra cosa que la casualidad de la causalidad. Sería sensato que reconocieran esto.
El mundo, el resto, se ahoga en sus propios desperdicios. Nuestras acciones han llevado al planeta a un punto de quiebre y la raza humana enfrenta por estas horas un problema que no tiene salidas mágicas.
ARGENTINA, que forma parte del planeta parece algo semejante a una isla. Y en este “momento”, nuevamente la clase política que sigue sin estar a la altura de las circunstancias fabrica una nueva generación de fantasmas para justificar su incapacidad de gestión. Señora Presidenta, escuchar es mucho más importante que hablar. El escuchar habilita a mejorar la capacidad de interpretación de las lecturas y muchas veces éstas expresan una cosa pero en realidad indican otra distinta.
Usted se precia de ser inteligente pero esta circunstancia demanda sabiduría. Si usted persevera en su actitud la sociedad toda le dará la espalda porque los argentinos (la mitad más uno) estamos hartos de los enfrentamientos. Creer que los votos la habilitan a hacer lo que quiere es un error cíclico en que ha incurrido el peronismo. La gente de campo le está diciendo que los cálculos que sus funcionarios han hecho están mal. La sociedad le está diciendo que sus decisiones están equivocadas, apenas a cien días de haber iniciado su gestión. Dar marcha atrás muchas veces se transforma en un gesto de grandeza que provee grandes réditos. La necedad no es buena consejera. La obsecuencia menos, ni qué hablar de los aduladores.
Esta vez, Señora Presidenta debe apelar a la sabiduría porque con la inteligencia no alcanza. Demuéstrese a usted misma y demuéstrenos cuán sabia es. De cara al futuro, el campo será sólo una excusa. Por favor, se lo merece usted y nos lo merecemos todos. Mañana puede ser tarde...
sábado, 29 de marzo de 2008
D.N.I. 10.119.347
sábado, 1 de marzo de 2008
EL DISPRECIAU
Curiosa vida la nuestra.
Nacimos en una tierra pródiga.
Desde que nacemos la vida se transforma en una interminable carrera con obstáculos, donde el obstáculo crece a medida que uno avanza... Así venimos los sufridos argentinos desde los cincuenta del siglo pasado, o quizás desde los cincuenta del anterior, o tal vez desde los cincuenta del Siglo XVII, o bien desde mucho antes, desde Pedro de Mendoza.
Nuestra historia (la que figura en los libros) es un cuento de hadas, donde los verdaderos próceres son muñecos de cera.
Nos hablan de abundancia, pero los marginados, los excluidos, los olvidados, los despreciados, los caidos del sistema somos cada vez más.
Nos hablan de patria, pero cada día que pasa el poder político que se jacta de su capacidad y se escuda en la soberbia de su sapiencia, nos entrega más... en forma de "emprendimientos industriales", como "inversiones a futuro", como engaños dibujados para vendernos que estamos mejor cuando en realidad cada vez estamos peor.
En un mundo que se está desintegrando por la desidia de seres humanos oportunistas, diablos disfrazados de corderos, el poder no escatima esfuerzos para diluir la vida de las gentes y de colocar su sello en la frente de cada uno para que éste le entregue el alma a cualquier precio, lo más bajo posible.
El intendente de la ciudad autónoma de Buenos Aires habla de inclusión pero su estrategia indica que su intención es exactamente la contraria.
Así, proceden todos los intendentes, en todo el territorio nacional. Así actúan los gobernadores, en todas las provincias. Sus discursos dicen una cosa, sus realidades enseñan otra bien distinta, mucho más soberbia, más despreciativa.
Se habla de socialismo.
Se habla de participación ciudadana.
Pero las villas cada vez son más grandes, más pobres y mucho más denso el contenido de los humanos.
La realidad nuestra indica que el país está colapsado. TODO. Nos guste o no.
Querramos escucharlo o no. Querramos asumirlo o no.
No tenemos rutas. Las que hay dan vergüenza.
No tenemos trenes. Los que hay dan pena.
No tenemos aviones. Aerolíneas Argentinas es apenas un fantasma.
No tenemos trabajo. Vivimos atados a contratos impersonales que destruyen la dignidad humana.
Nuestros jóvenes no tienen oportunidades porque están siempre condicionados a la posición política que ocupan sus padres, si son jueces, abogados, contadores, ingenieros, arquitectos, etc., pero siempre que ocupen una función pública.
Nos han desmantelado la educación, pero nos venden la formación privada diciendo que los más importante es la "escuela pública"...
Nos han desmantelado la salud, pero nos dicen que estamos cubiertos por el sistema público de hospitales que en realidad colapsó en los noventa, al igual que todo el resto y promete no recuperarse nunca más.
Estamos sometidos a nuestra indigencia.
El periodismo, vendido a los grandes grupos de poder, acomoda las noticias y sostiene la atención sobre lo intrascendente, pero sin comprometerse. Los periodistas (profesión noble si las hay, cuando existe el compromiso) comprometidos con su tiempo se ven limitados por condicionamientos de los focos de poder y están limitados en sus opiniones, expresiones y observaciones... y los pocos que pueden decir lo que piensan se ven atropellados por una realidad que los supera a ellos mismos, sus opiniones, sus pensamientos.
Tenemos una TV que sacrifica las mentes para que el idiotismo social evite el pensamiento proactivo.
ARGENTINA, otrora un paraíso de generaciones que huyeron de la locura del "balcón" y las guerras, hoy se va sumergiendo en la nada y cada uno de nosotros ve, con espanto, como crece la delincuencia, la drogadicción, el desprecio por la vida.
Los ladrones tienen todas las garantías constitucionales para poder robar justamente para ellos... para los grupos de poder.
Los asesinos tienen todo el respaldo de las instituciones, para poder matar a gusto sin que nadie se ocupe de las almas perdidas.
Los traficantes reciben la garantía del estado nacional para que su empresa perdure en el tiempo, creciendo al amparo de los "boliches", del lado oscuro de la educación, de la salud, pero esencialmente del poder político.
Así estamos.
Dicen que estamos mejor, pero alcanza con caminar por la calle para darse cuán peor estamos cada día que pasa.
Nos mienten con los indicadores... Nos mienten descaradamente!.
El poder político no debe olvidarse que cuando la gente no tiene nada que perder, justo allí, es la inflexión del cambio que viene. Inexorablemente.
Nos han quitado la propiedad privada.
Vivimos rodeados por "barras bravas" que acomodan el discurso político.
Nos están diezmando la dignidad.
Cuidado, señores del poder, cuidado...
Cuando no se puede vivir con dignidad, entonces... vale la pena morir por ella.
Cuidado que este terrorismo de estado disfrazado bajo el escudo de la democracia es equivalente a la calamidad que transcurrimos durante los 70 por no saber reconocer que aquellos que nos pasan la mano por la espalda, en verdad quieren apropiarse de lo poco que nos queda.
Señores del poder... peronistas, radicales, opositores de cualquier color y tamaño, realmente dan asco. Son impresentables.
Nosotros, "juan pueblo" somos vuestra víctima propiciatoria.
Cuando nos extingamos, creen ustedes que los dueños del poder del mundo los convidará a su mesa. Lamento informarles que están errados. Muy equivocados.
Señores del poder, para poder sostenerse en el pedestal, debajo, hace falta que haya almas dispuestos a apoyarlos.
Los veo cada vez más sólos.
Cada vez más dispreciaus...
Nacimos en una tierra pródiga.
Desde que nacemos la vida se transforma en una interminable carrera con obstáculos, donde el obstáculo crece a medida que uno avanza... Así venimos los sufridos argentinos desde los cincuenta del siglo pasado, o quizás desde los cincuenta del anterior, o tal vez desde los cincuenta del Siglo XVII, o bien desde mucho antes, desde Pedro de Mendoza.
Nuestra historia (la que figura en los libros) es un cuento de hadas, donde los verdaderos próceres son muñecos de cera.
Nos hablan de abundancia, pero los marginados, los excluidos, los olvidados, los despreciados, los caidos del sistema somos cada vez más.
Nos hablan de patria, pero cada día que pasa el poder político que se jacta de su capacidad y se escuda en la soberbia de su sapiencia, nos entrega más... en forma de "emprendimientos industriales", como "inversiones a futuro", como engaños dibujados para vendernos que estamos mejor cuando en realidad cada vez estamos peor.
En un mundo que se está desintegrando por la desidia de seres humanos oportunistas, diablos disfrazados de corderos, el poder no escatima esfuerzos para diluir la vida de las gentes y de colocar su sello en la frente de cada uno para que éste le entregue el alma a cualquier precio, lo más bajo posible.
El intendente de la ciudad autónoma de Buenos Aires habla de inclusión pero su estrategia indica que su intención es exactamente la contraria.
Así, proceden todos los intendentes, en todo el territorio nacional. Así actúan los gobernadores, en todas las provincias. Sus discursos dicen una cosa, sus realidades enseñan otra bien distinta, mucho más soberbia, más despreciativa.
Se habla de socialismo.
Se habla de participación ciudadana.
Pero las villas cada vez son más grandes, más pobres y mucho más denso el contenido de los humanos.
La realidad nuestra indica que el país está colapsado. TODO. Nos guste o no.
Querramos escucharlo o no. Querramos asumirlo o no.
No tenemos rutas. Las que hay dan vergüenza.
No tenemos trenes. Los que hay dan pena.
No tenemos aviones. Aerolíneas Argentinas es apenas un fantasma.
No tenemos trabajo. Vivimos atados a contratos impersonales que destruyen la dignidad humana.
Nuestros jóvenes no tienen oportunidades porque están siempre condicionados a la posición política que ocupan sus padres, si son jueces, abogados, contadores, ingenieros, arquitectos, etc., pero siempre que ocupen una función pública.
Nos han desmantelado la educación, pero nos venden la formación privada diciendo que los más importante es la "escuela pública"...
Nos han desmantelado la salud, pero nos dicen que estamos cubiertos por el sistema público de hospitales que en realidad colapsó en los noventa, al igual que todo el resto y promete no recuperarse nunca más.
Estamos sometidos a nuestra indigencia.
El periodismo, vendido a los grandes grupos de poder, acomoda las noticias y sostiene la atención sobre lo intrascendente, pero sin comprometerse. Los periodistas (profesión noble si las hay, cuando existe el compromiso) comprometidos con su tiempo se ven limitados por condicionamientos de los focos de poder y están limitados en sus opiniones, expresiones y observaciones... y los pocos que pueden decir lo que piensan se ven atropellados por una realidad que los supera a ellos mismos, sus opiniones, sus pensamientos.
Tenemos una TV que sacrifica las mentes para que el idiotismo social evite el pensamiento proactivo.
ARGENTINA, otrora un paraíso de generaciones que huyeron de la locura del "balcón" y las guerras, hoy se va sumergiendo en la nada y cada uno de nosotros ve, con espanto, como crece la delincuencia, la drogadicción, el desprecio por la vida.
Los ladrones tienen todas las garantías constitucionales para poder robar justamente para ellos... para los grupos de poder.
Los asesinos tienen todo el respaldo de las instituciones, para poder matar a gusto sin que nadie se ocupe de las almas perdidas.
Los traficantes reciben la garantía del estado nacional para que su empresa perdure en el tiempo, creciendo al amparo de los "boliches", del lado oscuro de la educación, de la salud, pero esencialmente del poder político.
Así estamos.
Dicen que estamos mejor, pero alcanza con caminar por la calle para darse cuán peor estamos cada día que pasa.
Nos mienten con los indicadores... Nos mienten descaradamente!.
El poder político no debe olvidarse que cuando la gente no tiene nada que perder, justo allí, es la inflexión del cambio que viene. Inexorablemente.
Nos han quitado la propiedad privada.
Vivimos rodeados por "barras bravas" que acomodan el discurso político.
Nos están diezmando la dignidad.
Cuidado, señores del poder, cuidado...
Cuando no se puede vivir con dignidad, entonces... vale la pena morir por ella.
Cuidado que este terrorismo de estado disfrazado bajo el escudo de la democracia es equivalente a la calamidad que transcurrimos durante los 70 por no saber reconocer que aquellos que nos pasan la mano por la espalda, en verdad quieren apropiarse de lo poco que nos queda.
Señores del poder... peronistas, radicales, opositores de cualquier color y tamaño, realmente dan asco. Son impresentables.
Nosotros, "juan pueblo" somos vuestra víctima propiciatoria.
Cuando nos extingamos, creen ustedes que los dueños del poder del mundo los convidará a su mesa. Lamento informarles que están errados. Muy equivocados.
Señores del poder, para poder sostenerse en el pedestal, debajo, hace falta que haya almas dispuestos a apoyarlos.
Los veo cada vez más sólos.
Cada vez más dispreciaus...
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