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Indígenas refugiados y desplazados están en riesgo ante covid-19
- Comunidades indígenas de América Latina que se han visto obligadas a dejar sus hogares, carecen de servicios básicos de saneamiento y salud, y están en una situación muy vulnerable frente al coronavirus, advirtió la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
El foco de preocupación de Acnur se colocó este martes 19 sobre la situación de los indígenas colombo-venezolanos y los de Venezuela que se han desplazado a Brasil.
La portavoz de la agencia, Shabia Mantoo, dijo que es “especialmente preocupante” la situación de grupos originarios binacionales, como los wayúu y los barí, asentados en territorio colombiano cerca de la frontera con Venezuela y a quienes en Colombia se considera indocumentados “pese a que han vivido en esa área por generaciones”.
“Están en una situación de alto riesgo, porque la falta de regularización los deja desamparados ante la emergencia, además de que sufren amenazas de los grupos armados irregulares que controlan esas zonas”, alertó Mantoo desde Ginebra, la sede mundial de Acnur.
Sostuvo que muchos de estos indígenas “viven en zonas aisladas o remotas, donde no cuentan con servicios de salud y no tienen agua limpia y jabón. Otros se alojan en asentamientos urbanos informales sin acceso a equipos de protección”.
En áreas junto a la línea fronteriza algunos grupos “encaran la posibilidad de extinción física y cultural debido a la falta de alimentos y desnutrición, lo que los hace muy proclives al contagio del coronavirus”.
Se trata se zonas que “siempre han carecido de servicios de salud y ahora se exacerba el riesgo”, a medida que avanza la pandemia covid-19, según Mantoo.
Por otra parte, los cierres nacionales afectan las actividades de las que dependen muchas de las comunidades indígenas, como la agricultura, el pastoreo, el pequeño comercio de alimentos y enseres, y la producción y venta de artesanías.
Mantoo comentó que “las crecientes pobreza y desnutrición a menudo no les deja otra opción más que mendigar en las calles para mantener a sus familias, lo que los expone a infectarse y a ser estigmatizados y discriminados, pues la gente considera que no obedecen las medidas de confinamiento”.
Acnur además llamó la atención, en el caso de Colombia, sobre el riesgo de reclutamiento de niños por parte de los grupos armados en zonas donde persiste la violencia, un peso adicional para maestros y estudiantes indígenas que son muy pobres y no acceden a educación virtual durante las cuarentenas.
También preocupa a Acnur que “unos 5000 indígenas venezolanos desplazados, la mayoría de la etnia warao (cuyo hábitat es el delta del río Orinoco) se encuentran en la región amazónica de Brasil”, donde cobró auge la pandemia este mayo, y no cuentan con servicios adecuados de salud y saneamiento.
El organismo de la ONU apoya los esfuerzos brasileños para garantizar un albergue adecuado a los refugiados indígenas warao, y actualmente unos 1000 de ellos tienen acceso a servicios de alojamiento, alimentación, atención médica y educación.
Ello en el marco de la Operación Acogida, la respuesta de emergencia del gobierno de Brasil ante la afluencia de venezolanos, no solo indígenas.
Otras 770 personas de la etnia warao fueron reubicados en refugios municipales en las ciudades amazónicas de Belém y Manaus, proporcionando Acnur ayuda en la forma de mosquiteros, artículos de higiene, lámparas solares y transporte.
La agencia deploró que el plan de respuesta regional, para los refugiados y migrantes de Venezuela, hasta la fecha haya recibido apenas cuatro por ciento de los 1400 millones de dólares que requiere. Una nueva conferencia de posibles donantes para ese plan está prevista para el 26 de mayo.
A-E/HM
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