viernes, 20 de marzo de 2020

El Brief: ¿Somos SU experimento? | Actuall | el virus como excusa para "parar" el planeta...

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Victor Norberto (el dispreciau):
¿Has visto Tú y yo, la película de Cary Grant y Deborah Kerr? Sí, aquella en la que ambos quedan en el Empire State Building, el rascacielos en aquella época más alto de Nueva York? 
Se han conocido en un trasatlántico, ya sabes, 100 por cien Cary Grant, y se enamoran pero ambos tienen novios. (Bueno, novio y novia respectivamente, que estamos hablando de los buenos tiempos.) Así que deciden citarse seis meses después en lo alto del Empire para arreglar lo suyo.
Él llega puntual y aguarda. Pasan las horas. Ella no aparece. Durante esos seis meses ha sufrido un accidente de coche y ha quedado en silla de ruedas. 
¡Pedazo de dramón! No te cuento más, por si no la has visto. Pero en tiempos de secuestro domiciliario, oye, ayuda a pasar el rato.
Hay muchas más pelis relacionadas con el Empire. Por ejemplo la mítica (si eres muy de los noventa) Algo para recordar, Tom Hanks y Meg Ryan.
Ella le cita en el Empire State Building el día de San Valentín. Aunque la escena de la azotea del Empire fue rodada en realidad en un hangar de Seattle.
Algo para recordar es una de esas películas cargadas de frases memorables:
[Doctora] ¿Qué tenía de especial su esposa?
[Sam] ¿Cuánto dura su programa?
[Sam] Maggie.. mi mujer. Ella hacía que todo fuera bonito.
[Doctora] ¿Cree que existe alguien de quien usted se pueda enamorar?
[Sam] Verá Dra.Marshal. Eso cuesta creerlo.
[Doctora] ¿Qué va a hacer ahora?
[Sam] Voy a levantarme cada mañana y respirar, dentro de un tiempo no tendré que acordarme de que tengo que levantarme y respirar y dentro de un tiempo ya no tendré que pensar que hubo una época maravillosa y perfecta.
El Empire State Building ha aparecido tantas veces en el cine que cuando lo visitas no sabes si es verdad o estás en una película.
Debe tener un nombre científico esa sensación, la de que no estás en la realidad sino que te han metido en una ficción.
Un enfermo visitó Nueva York para comprobar que el atentado de las Torres Gemelas era real y no la guionización de los productores de su programa. Otro subió al Empire State, convencido de que allí le esperaba su novia del instituto para reconciliarse. (¿Por qué hemos acabado viviendo en 'El show de Truman'?)
Todo este rollo viene a cuento de un artículo muy sugerente que acabo de leer, y que no tiene absolutamente nada que ver con el cine.
En él, su autor reflexiona sobre la idea de vivir en una ficción, o mejor, de vivir un experimento.

El guión de la izquierda 

¿Formamos parte tú y yo y todos de un experimento de la izquierda? 
Si me permites frivolizar un poco y seguir en el mundo de la imagen, a ratos hasta parece que formemos parte de uno de esos programas de cámara oculta y todo lo que nos sucede es en realidad fruto de un guión que desconocemos pero protagonizamos sin saberlo. 
¿Recuerdas la película El show de Truman?
Pasemos ahora a lo duro, viajemos de la ficción a la realidad y de las películas románticas a la ideología de género:
Lo políticamente correcto ha establecido como hipótesis que el dimorfismo sexual de hombre y mujer es irrelevante para el desarrollo pleno y feliz de la personalidad del individuo y del buen orden social en su conjunto. 
Pero esto, ¿es verdad o no lo es? Los que son partidarios de disolver la relevancia del dimorfismo sexual hombre-mujer dicen que sí, pero ¿cómo lo saben? 
La experiencia nos dice que, en realidad, en ninguna sociedad o cultura de la que se tenga noticia se ha dado un planteamiento semejante.
Y lo mismo cabría decir de otra de las grandes hipótesis de la izquierda actual, a saber, que la disolución simbólica de la paternidad es un progreso para el libre desarrollo de la personalidad y de la sociedad en su conjunto. Pero ¿estamos realmente seguros de ello? (Elio Gallego: Experimento y experiencia)
El profesor de Teoría y Filosofía del Derecho, Elio Gallego, director del Instituto CEU de Estudios de la Familia, sostiene que estamos sumidos en un experimento y que la ideología dominante, por expresarlo en términos marxistas, impide su cuestionamiento por peligrosos o irracionales que sean sus resultados:
Se trata de comprender que estamos siendo objeto de un experimento, por lo que resulta legítimo preguntarse, no sin angustia, acerca de cuál será el resultado.
Lo único cierto es que se está imponiendo la prohibición, y no solo moral, de cuestionar la bondad del experimento, de quienes se oponen a estos «avances», como ha podido comprobarse recientemente con el fallo judicial contrario a HazteOir y su campaña de airear las diferencias sexuales del hombre y la mujer; o la más reciente del Tribunal Superior de Justicia de Murcia paralizando el llamado pin parental de los padres con alumnos menores de edad respecto de ciertos contenidos extracurriculares. 
Se ha decidido que la experiencia no tenga cabida en estos asuntos, o que, si se le concede, lo sea para afirmar que somos herederos de una historia oscura y terrible de discriminaciones e injusticias, sin mezcla de bien alguno. (Elio Gallego: Experimento y experiencia)

El guión del coronavirus

Por desgracia lo que está sucediendo con el coronavirus en España no es un experimento sino una dura realidad. Pero también tiene su guión, y cada día que parece peor escrito.
Hace unos días te comentaba que en nuestro país parece que hay tantos tipos de coronavirus como autonomías, 17, a la vista del caos que supone el hecho de que cada “nacioncita” dicte sus propias normas.
Con el decreto del estado de alarma parecía que las cosas se arreglaban al sustraer a los gobiernos regionales alguna de sus competencias fundamentales. 
Pero no, no ha sido así. Ahora no hay 17 coronavirus, pero hay tres: el catalán, el vasco y el español. Tal cual.
Todo lo que está anunciando estos días Pedro Sánchez es propaganda y mentira
Empezando por el despliegue del ejército para luego arrodillarse ante los nacionalismos y retirarlo de esas provincias para no molestar a la histérica sensibilidad de los partidos etnicistas.
Y pasando por su muy falso plan económico para hacer frente a la epidemia. 
Ayer finalmente anunció el Gobierno que va a limpiar el aeropuerto de Barcelona, es decir, el único trocito de suelo que queda sin transferir a los secesionistas en las cuatro provincias. Y que está a punto de regalarles.
En cuanto a las mentiras económicas, Carlos Cuesta ha analizado con gran tino esas medidas en su programa España a Cuesta, en Distrito TV:

Secuestro domiciliario

Llevamos ya unos cuantos días secuestrados en nuestras casas por orden de Sánchez. Y las muertes por coronavirus no dejan de crecer, ni el contagio se detiene.
Antes al contrario, se multiplican los fallecimientos. Y la famosa curva, que iba a reducirse si aceptábamos ser internados, es cada vez una línea casi vertical que sube y sube. 
- Es que llevamos pocos días -argumentan-. Hay que dejar pasar más tiempo. 
Más tiempo de una economía obligada al cierre total, que nos está conduciendo a la pobreza a la misma velocidad que se multiplican las víctimas mortales: no se resuelve la crisis sanitaria y se empeora la economía.
En un platillo de la balanza está la epidemia, las víctimas y las medidas que se han puesto en marcha, como el internamiento domiciliario. 
En el otro, una crisis económica que ya se ha hecho presente, a la que ningún sistema económico se ha enfrentado nunca hasta ahora, y que augura un futuro muy incierto.
El Gobierno de la izquierda y los nacionalistas ha optado por el que parece hasta ahora peor camino: estabular a la población, acabar con la actividad económica y tomar escasas y muy muy tardías medidas sanitarias. 
¿El resultado? 
  1. No se está frenando el contagio.
  2. Aumentan las muertes.
  3. Y la economía nacional se hunde.
Otros gobiernos han tomado medidas distintas para acabar con esta crisis. 

El ejemplo de Corea del Sur

En España el Gobierno solo empezó a reaccionar después de meses de conocerse esta epidemia. 
En Corea del Sur el Gobierno cerró ciudades enteras cuando solo había en ellas 50 personas con síntomas. 
En tres semanas Corea del Sur ha pasado de ser el segundo país con más contagios de coronavirus a frenar exponencialmente las infecciones gracias a una respuesta que combina transparencia, nuevas tecnologías y ante todo una actitud responsable de instituciones y ciudadanos. (El método de Corea del Sur para vencer al coronavirus: de 909 casos diarios a 74)
En Corea del Sur todos los ciudadanos conocen a través de una aplicación en el teléfono móvil el historial de cada una de las personas infectadas.
Pueden saber en qué barrio vive el ciudadano contagiado, dónde estuvo los días anteriores al diagnóstico, qué medios de transporte utilizó, qué lugares visitó. 
De este modo, si se ha diagnosticado algún contagiado cerca del usuario, este puede evitar las zonas potencialmente contaminadas y puede pedir que le hagan el test si cree que ha coincidido en alguna de ellas con el enfermo.
Además cuando un coreano pide un test porque sospecha que ha sido contagiado, le citan en algún lugar alejado de calles muy frecuentadas y, sin bajarse del coche, le hacen la prueba.
El Gobierno coreano está consiguiendo hacer el test a toda su población, por lo que la epidemia está más controlada y de manera más precisa.

Sin encerrar a la gente

Pero lo más sorprendente es que en aquel país han reducido drásticamente el número de contagios, como se puede apreciar en el gráfico, sin estabular a los ciudadanos en sus casas.
Las autoridades coreanas han ordenado seguir rigurosamente la medida de alejamiento social y han decretado el cierre de todos los establecimientos y el fin de las actividades en público. 
Pero hay dos excepciones muy importantes: el trabajo y la familia.
A diferencia de España, en Corea del Sur todo lo relacionado con el trabajo y las necesidades de las familias sigue abierto y funcionando. 
Esto significa que los coreanos sanos pueden seguir acudiendo a sus trabajos y pueden desplazarse cuantas veces lo necesiten para atender sus necesidades familiares. 
Pueden seguir ganándose la vida como habitualmente y pueden salir con la familia a pasear, siempre que guarden la distancia sanitaria de seguridad.
¡Y con esas medidas están reduciendo el contagio!
Me pregunto, Victor Norberto, cuánto aguantaremos nosotros encerrados en casa sin ver resultados positivos.
Me pregunto qué haremos dentro de un mes, cuando sigan obligándonos a permanecer en arresto domiciliario y veamos que los muertos por coronavirus se siguen multiplicando.
¿Nos vamos a fiar de lo que nos dice ese mentiroso compulsivo que es Sánchez o su escudero, no menos mentiroso, ese que todavía no ha dimitido?

La cita

La vejez es el síntoma de una especie, la humana, que en la moneda del tiempo debe pagar lo mejor de su recorrido: la inteligencia, la conciencia moral que sólo acumulando inteligencia se hace fuerte. La vejez es el nombre humano del tiempo. Y el tiempo, el único signo de identidad del hombre.

Y la imagen

Te deseo un buen fin de semana, Victor Norberto (el dispreciau), estés donde estés. 
Y que la semana próxima nos volvamos a ver todos de nuevo… a pesar del Gobierno, como dice el maestro Carlos Rodríguez Braun.


TU DÍA ACTUALL
Cruda realidad / Nada volverá a ser igual: 7 bajas muy probables de la pandemia, por Candela Sande. El globalismo, la Unión Europea, la educación, el trabajo, los viajes, la sociabilidad y el libre comercio internacional, bajas de la pandemia del coronavirus. Amplía la opinión, aquí.
Los vetos de medios sociales a los provida son demasiado numerosos para no ser censura. Las grandes tecnológicas habitualmente censuran el lado provida, favorecen el lado proaborto, y luego, ridículamente, afirman que hacen cumplir políticas neutrales. Más información, aquí. 
Los psiquiatras canadienses piden la eutanasia para sus pacientes con tendencias suicidas. La Asociación de Psiquiatras de Canadá aboga por facilitar la eutanasia a los pacientes que expresan ideas suicidas. Amplía esta noticia, aquí.

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(el dispreciau) dice: como sea, la peste está entre nosotros... haya sembrado quien la haya sembrado... haya salido de un laboratorio o haya salido de otro laboratorio... haya sido desarrollado por el nazi-sionismo o lo haya sido por el sionismo-nazi... a esta altura de los acontecimientos da lo mismo, lo importante es que la humanidad ha quedado atrapada entre los sistemas de salud (intencionalmente) desmantelados, entre médicos apabullados y mal pagos, entre personal del equipo de salud paralizados en y por la desidia política, y todos los etcéteras que se te ocurra agregar, repartiendo culpas a aquellos que están acostumbrados a arrojar la piedra y esconder la mano... hoy, la humanidad está sumida en una invasión viral con precedentes... donde sí ya operaba el sionismo, pero no todavía el nazismo... así es que esta operación está perfeccionada y calculada al milímetro y por algo China ha salido a decir oficialmente que el virus que la mantiene ocupada fue prolijamente sembrado... nada sucede por casualidad... y también es evidente que el virus fue sembrado con variantes en distintos lugares del planeta con mejor y peor suerte... ¿intención?... tener la excusa para paralizar los sistemas y los modelos financieros a efectos de acrecentar las deudas y desplazar ricos consuetudinarios para ser reemplazados por nuevos oportunistas... digamos que para occidente esto recién comienza y que aquello que los chinos supieron controlar, justamente, porque de chinos se trata... occidente no tiene ni la voluntad política, ni tampoco las ganas económicas para paliar nada, de allí que si tienes de 70 para arriba y te agarra fuerte, estarás frito... y si te agarra leve, nada impide que te vuelvas a infectar en un futuro cercano... todo lo demás es verso científico o bulo de ocasión... tal te lo he dicho muchas veces, algo anda mal en el coco humano... pero esta vez, dentro de lo mal, algo salió peor que nunca antes... y ahora occidente enfrenta su propio apocalipsis... marzo 20, 2020.-
no olvides que la clase política carece de escrúpulos y le sobra soberbia, así es que jamás reconocerán que son unos inútiles... 

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