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Costa Rica abre camino hacia un planeta más limpio
- Por décadas, Costa Rica ha sorprendido al mundo posicionándose como un líder ambiental global. Ahora la nación centroamericana abraza el máximo desafío ecológico con un plan detallado para descarbonizar su economía en 2050.
Muchos países han prometido hacer lo mismo: reducir las emisiones es un compromiso clave de los signatarios del Acuerdo de París. Pero Costa Rica es uno de los primeros en convertir las promesas en un plan sólido y en darles sentido en términos económicos y sociales.
En reconocimiento a su compromiso histórico con políticas ambiciosas para proteger los recursos naturales del planeta y luchar contra el cambio climático, Costa Rica recibió este año el premio Campeones de la Tierra de ONU Medio Ambiente.
“Costa Rica ha sido pionera en la protección de la paz y la naturaleza. Con políticas efectivas que involucren al Estado, los ciudadanos, los científicos y el sector privado, el país logrará sus objetivos y dará un ejemplo a la región y al mundo”, dijo Leo Heileman, director regional en América Latina y el Caribe de ONU Medio Ambiente.
“El Gobierno de Costa Rica dice que va a descarbonizar la economía porque tiene sentido económico y social, una declaración que desafía la creencia tradicional de que luchar contra el cambio climático costará empleos y ahogará el desarrollo. El mensaje de Costa Rica es que la sostenibilidad y el crecimiento pueden, y deben, ir de la mano”, añadió.
“¿Cómo se genera eso? Transporte público limpio, ciudades inteligentes y resilientes, manejo adecuado de residuos sólidos, agricultura sostenible y una mejor logística”, añadió.
Los logros ambientales de Costa Rica son impresionantes: más de 98% de su energía es renovable, la cubierta forestal alcanza más de 53% del territorio después de un arduo trabajo para revertir décadas de deforestación, y alrededor de una cuarta parte de las zonas terrestres se han convertido en áreas protegidas o reservas.
Esto no significa que el desafío de la descarbonización sea menos abrumador o más fácil de lograr que en otros países. Pero los líderes de Costa Rica no se inmutan. Ya han roto otros esquemas en el pasado. “Costa Rica tiene una larga historia de logros, no solo en términos ambientales”, dijo el presidente Alvarado.
“Hace 70 años, Costa Rica abolió las fuerzas armadas y optó por ser un país de paz y por muchos años ha tenido educación pública, gratuita y obligatoria para los niños. Y hace cerca de 50 años, el país empezó a avanzar en una serie de políticas ambientales innovadoras, porque el paradigma de desarrollo sostenible está en el ADN de los costarricenses”, explicó.
“Recibir el premio Campeones de la Tierra en nombre de Costa Rica, de toda su población, de las personas que han estado antes y en nombre de la futura generación, a mí me llena de orgullo y de emoción, por lo que Costa Rica ha logrado y por lo que aún puede hacer. Me siento muy orgulloso de ser costarricense”, dijo Alvarado.
El Plan Nacional de Descarbonización de Costa Rica se dio a conocer en febrero de este año e incluye objetivos a mediano y largo plazo para reformar el transporte, la energía, la gestión de residuos y el uso de la tierra.
El objetivo es lograr cero emisiones netas para 2050, lo que significa que el país no producirá más emisiones de las que puede compensar, a través de acciones como el mantenimiento y la expansión de sus bosques.
El plan ayudará al país a cumplir sus compromisos en virtud del Acuerdo Climático de París de 2015 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, pero esas metas globales no son los únicos motores. Las autoridades dicen que quieren cambiar el paradigma del desarrollo y construir un sistema de consumo y producción que genere un excedente ambiental en lugar de un déficit.
De hecho, este país de cinco millones de habitantes produce solo 0,4% de las emisiones a nivel mundial. A pesar de esto, quiere inspirar a naciones con mayores huellas de carbono a lograr las transformaciones urgentes y necesarias para prevenir el calentamiento global y sus efectos destructivos.
El año pasado, el Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) indicó que limitar el calentamiento global a 1,5 °C requeriría cambios sin precedentes para reducir las emisiones de carbono en 45% para 2030 (desde los niveles de 2010), y alcanzar la neutralidad de carbono alrededor de 2050.
El mayor desafío para Costa Rica probablemente será la descarbonización del sector transporte, el cual genera 40% de las emisiones totales del país.
Los objetivos del Plan Nacional son ambiciosos: para 2050, todos los autobuses y taxis públicos serán cero emisiones, y un tren eléctrico proporcionará transporte en la ciudad capital, San José. La construcción de esa línea ha de comenzar en 2022.
También se ha introducido legislación para otorgar exenciones fiscales a las empresas que compren bicicletas para sus empleados e instalen aparcamientos para las bicis. Los municipios también estarán obligados a construir carriles para bicicletas.
El presidente Alvarado tiene una visión clara de la ciudad del futuro.
“Me imagino una ciudad donde la movilidad se basa en energía limpia; una ciudad que apuesta por la tecnología, pero pensando en el bienestar de las personas, su libertad y su derecho a la privacidad; una ciudad donde respiras aire limpio; una ciudad que gestiona los residuos de forma sostenible y una ciudad donde estás en contacto con la naturaleza para encontrar tranquilidad”, dijo.
Más allá del transporte, el Plan de Descarbonización también establece que para 2050 todo el país tendrá soluciones para la recolección, separación, reutilización y eliminación de residuos, y que la cobertura forestal se incrementará a 60%.
Algunos críticos se cuestionan si estos ambiciosos planes amenazan con socavar los esfuerzos para reducir a la mitad el déficit fiscal en 2022, una promesa hecha por el presidente Alvarado cuando asumió el cargo en mayo de 2018.
Actualmente, los impuestos vinculados a los combustibles fósiles representan más de 11% de los ingresos fiscales del Estado.
Las autoridades dicen que planean introducir reformas fiscales, incluidos los impuestos a la contaminación, y aprovechar el potencial de energía limpia del país para incentivar el crecimiento ecológico y eliminar los combustibles fósiles.
Se necesitará una reforma ambiental para crear instituciones modernas, digitalizadas y flexibles capaces de gestionar la transformación.
Entre las instituciones que se verán afectadas se encuentran la Refinadora Costarricense de Petróleo, el Instituto Costarricense de Electricidad, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, y el Consejo de Transporte Público.
Con este audaz plan, Costa Rica desea mostrarle al mundo que el desarrollo limpio y verde es posible y rentable.
Este mensaje es particularmente relevante antes de la Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas, que tendrá lugar el 23 de septiembre de 2019 y en la cual se les pedirá a los Estados que describan exactamente cómo planean reducir sus emisiones.
Costa Rica también está asumiendo un papel clave en las conversaciones internacionales sobre el clima, al coliderar la 25 Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), que será en Santiago de Chile, en diciembre.
Chile es el líder formal del proceso, pero Costa Rica también juega un papel fundamental en la campaña para lograr que los Estados se comprometan con objetivos más ambiciosos.
En octubre, el país centroamericano será la sede de la reunión preparatoria de la COP, conocida como Pre-COP. La agenda previa a la COP propuesta por Costa Rica se centrará en tres prioridades: ciudades y movilidad sostenibles, soluciones basadas en la naturaleza y economía azul.
Este artículo fue originalmente publicado por ONU Medio Ambiente América Latina y el Caribe, con quien IPS-Inter Press Service tiene un acuerdo especial para la difusión de sus contenidos.
RV: EG
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