La mujer que llevó a juicio el primer caso de bebés robados en España encuentra a su familia
Inés Madrigal, dada en adopción voluntariamente por su madre biológica, recurrió a un banco de ADN internacional que le puso en contacto con un primo segundo
Inés Madrigal, durante la conferencia de prensa esta mañana en Madrid. J. J. GUILLÉN (EFE) / VÍDEO: EFE
Inés Madrigal, la primera víctima de bebés robados reconocida por los tribunales, ha desvelado este jueves que después de 32 años ha encontrado a su familia biológica, gracias a un banco de ADN estadounidense que le puso en contacto con un primo segundo, que le informó de que sus hermanos biológicos también la estaban buscando. Su caso puede dar un vuelco al relato sobre los bebés robados porque, según ella misma ha reconocido ante la Fiscalía, su familia biológica le ha comunicado que fue dada en adopción, por lo que no fue robada.
Madrigal compareció en marzo ante la Fiscalía Provincial de Madrid para comunicar que había contactado con sus "verdaderos hermanos por parte de madre y con una tía carnal, quienes le confirmaron que fue voluntariamente entregada en adopción", según ha informado este jueves el ministerio público. La Fiscalía ha enviado un comunicado en el que corrobora lo ocurrido. Considera, por tanto, que deberá eliminarse de los hechos probados de la sentencia emitida el pasado año por la Audiencia Provincial de Madrid que esta mujer fue "un caso de robo de un bebé" y con ello, "el delito de detención ilegal".
En una conferencia de prensa en Madrid, Madrigal, que sentó al doctor Eduardo Vela en el banquillo por haberla entregado de forma irregular a su familia adoptiva, ha calificado como "un triunfo" el haber encontrado a su "familia de verdad" recientemente, ya que "hace unos días terminó la confirmación genética". Ha reconocido que la noticia es agridulce porque su madre biológica murió en 2013 a los 73 años. En 2018, la Audiencia Provincial de Madrid absolvió a Vela, considerado el principal responsable de su caso, porque los delitos habían prescrito. Sin embargo, en la parte de hechos probados de la sentencia se admitía que Madrigal era una niña robada. La afectada recurrió la absolución del doctor y el Tribunal Supremo deberá decidir sobre este caso.
La mujer nació en junio de 1969 en la clínica San Ramón, en Madrid. Fue un "regalo" de Vela a su madre adoptiva, que falleció hace dos años en medio del proceso penal. Con 18 años, sus padres le confesaron que era adoptada y en 2010, su madre le contó la verdad detrás de su nacimiento.
El 6 de junio de 1969 Vela entregó una niña de pocos días, "fuera de los cauces legales", a una mujer que no había dado a luz. La señora, de 46 años, quedó registrada como madre biológica, "sin que conste que hubiera mediado consentimiento y ni tan siquiera conocimiento por parte de los progenitores del recién nacido cuya identidad no consta en parte alguna", según la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid y que ahora la Fiscalía intentará modificar.
"Por primera vez tengo el puzle de mi vida completo", ha dicho este jueves Madrigal. "Tengo cuatro hermanos a los que ya he conocido. Son personas maravillosas y me han abierto los brazos", ha añadido. Y ha explicado que se puso en contacto con el ministerio público para que también dé cuenta a la Fiscalía del Tribunal Supremo, que tiene pendiente de resolver su recurso de casación.
La madre adoptiva de Madrigal, Inés Pérez, aseguró durante la instrucción del caso que no pagó nada y que le dijeron que la criatura era hija de una mujer casada que había entregado al bebé porque no era de su marido. La clínica San Ramón cerró en 1982 y no se han encontrado los libros de registro de partos. Vela, de 86 años, afirmó en el juicio oral que no recordaba nada.
En 2012, tras recibir una denuncia colectiva de más de 250 familias, la Fiscalía General del Estado resumió el supuesto modus operandi: "Consistía básicamente en que se informaba a la madre y familiares de que un menor recién nacido había fallecido, ofreciéndose el centro hospitalario a hacerse cargo de los restos. Ese menor era entregado a otras personas".
Se desconoce el número de españoles que han recurrido a bancos de ADN internacionales privados para intentar encontrar a sus familiares. Pero cada caso de éxito da esperanzas a quienes buscan sus orígenes. Estas empresas, que permiten averiguar los orígenes étnicos o realizar árboles genealógicos, cruzan las muestras genéticas de las que disponen. El mercado de estas compañías no tiene tanta presencia en España como en el mundo anglosajón. Los afectados dicen que aquí se conoce fundamentalmente a dos —MyHeritage y 23andMe—, que analizan más marcadores genéticos que los laboratorios españoles, lo que permite detectar parentescos de hasta cuarto grado. Algo que puede resultar útil a los adoptados que quieran ir desenredando la madeja hasta encontrar respuestas. Así fue exactamente el caso de Madrigal. Ella logró dar con un primo segundo.
Pedro Centeno, gestor de Hacienda navarro que busca a una hermana y que ha estudiado el método que utilizan las empresas estadounidenses, asegura que alrededor de un centenar de españoles han recurrido a estos bancos de datos. Él es miembro de la asociación Sin Identidad Biológica y asesora a quienes tratan de encontrar sus orígenes. "Con el de Inés Madrigal, tengo constancia de nueve casos que han localizado a su familia gracias a estos bancos de ADN, cinco de ellos, este año", afirma.
En España, el fichero público de perfiles de ADN nació en 2012 y lo gestiona el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Los análisis son gratuitos cuando lo ordena un juez o fiscal. Pero son una minoría de casos, 73 de los 590 perfiles, según cifras del propio instituto. La mayoría proceden de laboratorios privados. No se ha producido ningún reencuentro derivado del cotejo de estos datos, en un 74% de padres y madres biológicos, en un 12% de hermanos y en un 14% de hijos adoptivos que buscan a sus familiares. Los datos de Madrigal estaban incluidos en un banco de ADN de España con el que "trabajan asociaciones de bebés robados" de España, según ha reconocido ella misma en la rueda de prensa de este jueves. Allí también tenían los datos de uno de sus hermanos, pero no se detectó la coincidencia.
Los laboratorios privados estadounidenses analizan más marcadores que en España, donde el cotejo solo permite conectar a padres con hijos o, como mucho, hermanos —aunque el Instituto Nacional de Toxicología ha advertido de que, para poder detectar parentescos entre hermanos, es recomendable que se crucen más de dos perfiles—. Pero no logran la detección de primos segundos, por ejemplo. El hilo del que Madrigal ha tirado hasta dar, por fin, con sus orígenes.
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