El Brief de
Buenos días, Victor Norberto (el dispreciau).
Hace ya por lo menos una década que contacté por primera vez con venezolanos exiliados en España. En aquel tiempo sólo les preguntaba sobre cómo una tierra tan fértil, tan rica en materias primas, con una población alegre y resuelta como tantas de los pueblos hermanos de América había llegado a ser sometida por un dictador -Hugo Chávez, el precursor de Nicolás Maduro-, que entonces apenas era conocido en España salvo por las parodias del "exprópiese".
La idea de una 'república bananera' se nos hacía lejana a los españoles, que pese a las veleidades del inicuo Rodríguez Zapatero, nos pensábamos a salvo del populismo de izquierdas.
Unos años antes, Ana Mercedes Díaz, nuestra invitada de hoy, ya había vivido en sus propias carnes los rigores del bolchevismo bolivariano. Experta en procesos electorales, Díaz desarrolló durante 25 años una brillante carrera ascendente en el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, del que fue rectora. Hasta que tuvo el valor de decir, como en el cuento, que el sistema electoral venezolano estaba desnudo. O podrido.
Corría el año 2004 en Venezuela y se celebraba un referéndum revocatorio presidencial con el que la oposición trataba de sacar del poder a Hugo Chávez aprovechando una disposición legal prevista en la Constitución aprobada en 1999 que establece la posibilidad de realizar una consulta de este tipo para revocar cualquier cargo, siempre que haya transcurrido al menos la mitad del tiempo de mandato y lo solicite un mínimo del 20% de electores inscritos. Para que tenga efecto, es preceptivo que al menos participe un 25% del censo electoral y el candidato obtenga un rechazo igual o superior al porcentaje de votos por el que fue elegido.
El referéndum se celebró el 15 de agosto de 2004. La afluencia de votantes fue tal que se tuvo que ampliar dos veces en cuatro horas el plazo de voto, hasta las 12 de la noche. El resultado oficial fue de un 59% a favor de mantener a Chávez en el poder. La oposición denunció una manipulación a través del sistema de voto electrónico y estimó en un 56,4% (y no un 41%) el voto favorable a echar a Chávez.
Ana Mercedes Díaz, obviamente, tuvo que salir del país.
Y volvemos a la actualidad. Porque la experiencia venezolana puede servirnos de lección a los españoles. Díaz lo ha resumido así en Actuall a nuestra compañera Andrea Peña: “Dicen que España no es Venezuela igual que yo decía que Venezuela no era Cuba”. Y concreta la amenaza que puede cernirse sobre España en tres nombres: José Luis Rodríguez Zapatero, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. “Los españoles tienen un cóctel súper peligroso que puede originar en unos años que España en unos años se desintegre”, añade.
Porque ningún pueblo está a salvo de caer bajo la bota del populismo y la dictadura del llamado socialismo del siglo XXI, que no es sino la reconversión de las teorías marxistas tras la caída del muro de Berlín. Una adaptación del mismo mal.
La conversación de Andrea Peña con Ana Mercedes Díaz puede ser un buen modo de empezar a comentar con la familia y los amigos que, en efecto, Pedro Sánchez (sostenido por comunistas de siempre, neocomunistas, secesionistas y filoterroristas) está desnudo como el emperador del cuento.
El problema es cuando no hay un niño que lo grite a los cuatro vientos por las calles. En Actuall queremos ser ese niño. Con tu ayuda.
Feliz fin de semana en familia y libertad.
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P.S.- Si tienes oportunidad, este sábado en Madrid se celebra la I Marcha Estatal por los Derechos de los Niños frente a la ideología de ‘género’. Empieza a las 12:00 en el Senado (Calle Bailén). Sería bueno que nos encontráramos también en las calles.
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