Esta carta se la he dirigido a la Señora Senadora María Eugenia Estenssoro el día 16 de abril, luego de recibir de parte de ella lo que sigue a continuación:
¿Podemos esperar 5 años para tener Seguridad Vial?
En la última sesión del 8 de abril, se sancionó la ley de Seguridad Vial. Una ley que no resuelve el problema en el corto plazo. Somos conscientes de la necesidad de sancionar esta norma que establece la creación de un Registro Nacional de Conductores, en el cual se incorporarán los antecedentes de tránsito de los conductores. La ley prevé la creación de un Registro Único de Infracciones que impedirá que los infractores habituales saquen tantas licencias como municipios existen, sumado esto a un sistema de puntaje (scoring).
Hasta aquí, todo parece perfecto. El problema surge al tomar en cuenta los plazos que propone esta ley. Les comento: al momento de que la ley sea publicada en el Boletín Oficial, comenzará a funcionar la Agencia Nacional de Seguridad Vial, solventada por medio de un nuevo impuesto (creado por esta misma norma) del 1% sobre las pólizas de seguros. Es decir, lo pagamos todos nosotros. Por otra parte, propone un plazo de 5 años para encontrar solución al drama de los accidentes de tránsito. En síntesis: la inmediata puesta en funcionamiento de la Agencia Nacional de Seguridad Vial no es otra cosa que la creación de una nueva caja de recaudación. Como decíamos, recaudar hoy para, tal vez, “…reducir en un 50% la cantidad de accidentes de tránsito en un período de 5 años…”.
En el bloque de la CC estamos de acuerdo con el marco general y con la urgencia de dar soluciones a los accidentes de tránsito que durante 2007 implicaron la muerte diaria de 22 personas (un promedio mensual de 676). La votación en general obtuvo 58 votos a favor, 2 en contra y ninguna abstención. Sí nos opusimos al artículo que refería a la generación de un impuesto específico –el 1% sobre las pólizas de seguros– debido a que el Estado ya cuenta con suficientes fondos como para financiar la Agencia. La votación en particular de este artículo, en su inciso f), tuvo por resultado 46 votos afirmativos y 16 negativos, sin abstenciones.
Tampoco acompañamos la modificación del artículo 28° ya que el mismo debería prohibir la venta de alcohol en las rutas y no sólo limitarla. Hubo 61 votos a favor, 2 votos en contra y no hubo abstenciones.
Para terminar, y a modo de explicación de nuestra postura, destacamos que, a una semana de sancionada esta ley, se han sumado (al lunes 14) doce nuevas víctimas fatales por accidentes de tránsito.
Hagamos, entonces, una regla de tres simple: ¿cuántas víctimas habrá que lamentar de aquí a cinco años?
Reacción ciudadana: Dado que cada vez que leo, me informo, introyecto, asumo, etc. estas cosas, me agarran ataques de espanto porque no llego a comprender cómo es posible que después de haber transitado por tantas vicisitudes nosotros los sufridos argentinos tengamos una clase política que es votada para luego no representar a nadie de manera genuina, aunque sí esgrimir argumentos perimidos que hemos venido acumulando durante décadas de incapacidad para la gestión pública (a pesar que cada vez que se los critica todos se rasgan las vestiduras y nos dan clases de "moral" y "civismo"...) donde demuestran una especial, singular habilidad para que siempre permanezca todo igual y los culpables sean siempre otros (los anteriores, los que se fueron, el legado de éste o aquel, imaginando y/o expresando palabras vacías que parecen salidas de una mala película de terror), señalando a las víctimas circunstanciales de sus incapacidades como los auténticos responsables de sus actos (!?), entonces vienen a mi mente recuerdos de discursos de la época de los noventa, y otros de los que siguieron, y más de los que vinieron luego de la inoperancia de los anteriores y decido reflexionar sobre quién es el verdadero responsable e identificar quién es la víctima propiciatoria de toda esta jugarreta política, y entonces viene lo que sigue:
Señora Senadora: desde los 90 se cobran peajes en casi todas rutas argentinas. A pesar de ello, la mayoría deben calificarse como calamitosas. El tránsito ha crecido en volumen de camiones y micros (a falta de trenes y ante la imposibilidad de acceder a conecciones aéreas a precios razonables, en horarios adecuados y con frecuencias apropiadas) y lógicamente también de vehículos de menor porte.
El peaje no fue una estrategia de mejoramiento de la condición ciudadana sino un negocio(negociado más bien) de la gestión del presidente riojano que descubrió la importancia de la depredación a través del desmantelamiento productivo, sistemático y desorganizado que nos mantuvo en vilo durante una década (los noventa). De esta manera las rutas fueron acondicionadas para convertirse en caja de algunos "elegidos" y para favorecer a otros "iluminados".
Concretamente nunca se hizo nada, nunca se mejoró nada y la realidad está a la vista de cualquiera que quiera mirar.
Transito por las rutas habitualmente y es penoso apreciar que:
1. la imprudencia de algunos de los automovilistas es creciente, aunque proporcional a la velocidad que desarrollan las nuevas tecnologías vehiculares.
2. la policía de las provincias continúa viviendo de las “contribuciones” circunstanciales de los desprevenidos, alimentando el monstruo de la corrupción de la pobreza (Santa Fe, Chaco, Formosa, Corrientes, Santiago del Estero, Tucumán, son buenos ejemplos a verificar).
3. las rutas de alto tránsito tienen una trocha no apropiada a los camiones y micros actuales. Si se toma el espacio libre en el momento de un cruce de micros se comprobará que se trata de escasos centímetros lo cual no da lugar a maniobras evasivas de emergencia. En lo personal me tocó vivir un accidente en Santiago del Estero entre un micro de la empresa Chevallier y un camión que imprudentemente (conducido por un chofer no habilitado) se le cruzó en Fernández sin reparar que el ómnibus no tenía espacio para frenar, pasar, etc. salvando nuestras vidas gracias a la pericia de quien nos conducía…
4. las rutas no tienen vías de escape en las curvas (leca o similares) que eviten colisiones frontales.
5. las rutas no tienen laterales amplios (> 4 metros) donde se pueda detener un vehículo de porte sin riesgo alguno para los que transitan. Aquello que se califica como banquina es apropiado para aquellos "genios" de escritorio que jamás transitan ni lo harán por ruta alguna. Creer o pretender detener un vehículo en el pasto circundante a las rutas es una aventura propia de las mentes mezquinas que nos gobiernan. En la mayoría de los casos los pastos superan la altura de las ventanillas de los vehículos convirtiéndose en una barrera que impide la visual ante el cruce posible de los cada vez más frecuentes "animales sueltos".
6. las rutas no cuentan con paradores que brinden servicios seguros de: baños, descanso, reparaciones rápidas, tal como existían hace más de 40 años (cada 100 kilómetros en las rutas nacionales, propiedad de la DVN que fueron extrañamente vendidos a algunos intendentes). No digo que deban ser como los de Alemania u Holanda, pero un país del tamaño del nuestro no puede hoy tener vías que reflejan la pobreza de gestión de nuestra clase política (y no haciendo referencia a Usted, a su condición de Senadora Nacional, ni tampoco a sus colegas de partido). Los paradores NO DEBEN ser ESTACIONES DE SERVICIO por cuestiones mínimas y elementales de SEGURIDAD VIAL, sin embargo lo son.
7. La comercialización de bebidas alcohólicas en las rutas es un hecho cotidiano. De la misma manera que también se venden drogas u otros estupefacientes (medicamentos éticos psicotrópicos sin receta). Es común verificar estas conductas, sólo es cuestión de tomarse el trabajo de hurgar la rutina.
8. No existen controles fehacientes y apropiados a los transportes de pasajeros. Las empresas de ómnibus de larga distancia que tienen unidades adecuadas y son conducidas por personal capacitado y responsable son las menos (alcanza con revisar las cubiertas, llantas y las velocidades en ruta).
9. en las rutas se observa cada vez con mayor frecuencia que menores de edad conducen vehículos 4×4 o modernas unidades a velocidades que exceden cualquier “sentido común”. Tampoco se puede pasar por alto la función de las motos de última generación, incluyendo el uso de vehículos para competición que desarrollan velocidades inaceptables en áreas donde se comparte el tránsito. En general los adolescentes de igual forma que lo hacen muchos mayores de edad, no perciben que la vida no es un bien que se compre y suelen tener actos de negligencia que ponen en peligro la vida de muchos que nada tienen que ver con su irresponsabilidad social y su ausencia de compromiso con la vida.
10. no existe una política educativa al soberano. Todo es punitivo y pasible de corrupción. Nunca se asumen las circunstancias y las intendencias hacen caja circunstancial de estas situaciones límites generadas intencionalmente en la mayoría de los casos. Las señalizaciones se encuentran borradas (casi ilegibles), pertenecen a una época donde las velocidades eran otras, no existen, han sido destruidas, o han sufrido algún tipo de percance que las hace inútiles.
11. es incomprensible que no se utilicen “rotondas” de distribución de tránsito cuando se sabe que constituyen un elemento de seguridad adicional. Tampoco se comprende cómo es posible que las carpetas de salida de las pocas rotondas que existen sean estrechas y no dejen lugar a maniobras evasivas (Francia es un buen ejemplo). La rotonda de la ruta 205 en Ezeiza o la de Rosario de la Frontera son buenos ejemplos de la impericia política y de la incapacidad técnica para hacer las cosas como deben ser hechas.
12. no se entiende cómo no hay centros de soporte y ayuda vial para casos de emergencia (ambulancia, bomberos, auxilio mecánico, etc.). Si uno sufre un percance en una ruta provincial seguramente dependerá de DIOS únicamente, y si lo hace en una nacional se verá limitado a la suma de sucesos que puedan darse a lo largo del trayecto [evidentemente la clase política no se dio cuenta que también podía crear caja con estos centros].
Entiendo que el ESTADO NACIONAL no tiene una política vial como tampoco la tiene en otros ámbitos y los argentinos, todos, nos vemos sometidos a la impericia de la gestión pública en todos los aspectos de nuestras vidas donde somos literalmente “violados” en nuestros derechos únicamente vigentes a hora de votar o de la necesidad de recaudar…
Uno de los aspectos no tenidos en cuenta en ninguna de las rutas argentinas es que NO EXISTE una CADENA de ALERTAS TEMPRANAS que anticipe a quienes circulan que ocurre en los siguientes 10, 50 ó 100 kilómetros. Teniendo en consideración que los peajes se distribuyen cada 100 ó 200 kilómetros al menos debería existir un anuncio electrónico o al menos escrito a mano señalando eventuales inconvenientes (niebla, humo, animales sueltos, vehículos detenidos, reflejo intenso, viento cruzado, tormentas de arena, y otros muchos que se manifiestan según la región). No digo que sea como en las autovías alemanas donde la señalización le indica a usted qué ocurre en los siguientes 10 kilómetros y cuál es la velocidad habilitada para dicho tramo.
Llama la atención que las provincias invierten fortunas para colocar cámaras punitivas, pero no hacen nada para señalar a quiénes circulan, el muchas veces pésimo estado de las carpetas (pozos que semejan cráteres, elevaciones propias de reparaciones mal hechas, deformaciones propias del exceso de peso, escurrimientos de agua, ablandamientos por mala densidad de los materiales empleados, etc.).
Es bueno ver por TV qué sucede en los accesos a la Capital Federal, pero nadie repara en que dicha información nunca es vista por los automovilistas. Para ello, en muchos países civilizados tanto la Policía de rango federal como la Gendarmería Nacional (en cada país) tienen radios donde se informa a quienes circulan qué ocurre a lo largo de autovía.
Nadie advierte la necesidad de la precaución.
Nadie advierte la importancia del ejercicio del "sentido común".
Nadie advierte que un auto moderno a 150 kilómetros por hora o más es equivalente a una cáscara de huevo arrojada desde 10 mil metros de altura. Cuando impacta, no queda nada.
Nadie advierte que el cinturón de seguridad o el air bag son herramientas propias de países donde existen estrictas normas de seguridad vial, pero que en países como el nuestro se tornan relativos.
Nadie advierte que las curvas demandan un ensanche equivalente a dos veces la trocha que ocupa un vehículo de gran porte sencillamente porque a nadie se le ha ocurrido comprender que las masas desplazan energía tangencial, además de la propia lineal que genera la velocidad.
Nadie advierte...
Vivir en la ARGENTINA es cada vez más penoso.
Entiendo que los mensajes vía electrónica no alcanzan, no son suficientes para compartir estas temibles realidades. De la misma forma entiendo que la participación mediática no es suficiente para trasladar la conciencia al público.
La gente sigue sin encontrar respuestas a sus demandas genuinas, por pequeñas que estas sean, ni hablar cuando las mismas son trascendentes.
Cuando usted llega a un peaje lo único que importa es que pague y de ser factible con cambio. En ARGENTINA, la suya, la mía, todo es una caja política que beneficiará al político de turno. De los derechos ciudadanos ni hablar.
Mi conclusión es que la clase política no sabe conducir porque no tiene la cultura suficiente para asumir que el viaje hacia adelante no debe ser una aventura carente de planificación. No obstante todos los días reafirman mis temores, la incapacidad de gestión es directamente proporcional a su incapacidad para conducir.
Vale la pena recordarles que las personas no piensan con las vestimentas y mucho menos con el precio y/o las marcas de éstas. Si la materia gris aparece a la hora de los discursos pero desaparece a la hora de la acción social proactiva, vamos mal, cada vez peor.
Por las dudas, deseo dejar establecido que:
a) no quiero que vuelva el General Videla, mucho menos Viola, Galtieri o Bignone. Tampoco quiero que me hablen del General Perón, ni de Evita, ni de... todos tuvieron su oportunidad y fueron lo que fueron e hicieron lo que está en la historia o en la interpretación de cada cual.
b) no quiero a la clase militar en el poder.
c) no quiero terrorismo de estado disfrazado de democracia.
d) no quiero la triple A tras el escudo del falso nacionalismo.
e) no quiero una policía asociada al delito.
f) no quiero que las empresas sean lavaderos de dineros del narcotráfico.
g) no quiero políticos incoherentes y contradictorios.
h) no quiero monopolios políticos.
i) no quiero rutas cortadas por ningún motivo (salvo de fuerza mayor).
j) no quiero secuestros personales como tampoco políticos. Mirar hacia atrás lo único que hace es acrecentar los odios, los sentimientos de venganza, pero de cara al futuro nada se corrige porque la conducta de los que se dicen "buenos" se equipara a la de los "malos". Dice un antiguo adagio bíblico: "quien lleva a otro al cautiverio..., al cautiverio va".
k) no quiero fuerzas revolucionarias en la calle. No quiero Montoneros. Tampoco quiero un Ejército Revolucionario del Pueblo. No quiero Quebracho pero tampoco la madero del pino.
l) no quiero grupos de choque organizados y conducidos desde el poder político de turno.
m) no quiero sindicatos asociados económicamente al poder político de turno.
n) no quiero niños y adolescentes librados a su suerte.
o) no quiero una sociedad sin oportunidades laborales.
p) no quiero una estructura productiva sin valor agregado.
r) no quiero medios periodísticos condicionados desde el poder político como tampoco quiero medios periodísticos que no contribuyen a construir y que hacen un culto del desmantelamiento social enseñando todo lo malo y ocultando lo mucho bueno.
s) no quiero escuelas vacías de contenidos como tampoco quiero ni acepto la soberbia académica eternizada.
t) no quiero un INTA, un INTI, una CoNEA ni ninguna institución pública de base técnico-científica desmantelada o condicionada en sus objetivos o capacidades.
u) no quiero bancos que hablan de créditos a los que nadie nunca podrá acceder.
v) no quiero excluidos del sistema social de salud pública. Cómo es posible que en un país donde tenemos semejante estructura asistencial (creada en una época dorada) a nadie se le haya ocurrido promover un sistema pre-pago de mínima que permita a todos acceder a una cobertura "segura" y socialmente equitativa, y donde el ESTADO NACIONAL subsidie a aquellos que no tienen un centavo porque la vida los atropelló.
w) no quiero gente durmiendo bajo las autopistas o en los aleros de los subtes.
x) no quiero villas donde se hace un culto de la pobreza y se cree en la ciencia del "cartón" y el "reciclaje".
y) no quiero una sociedad obsecuente con el poder de manera de obtener favores que anticipen las necesidades de otros con menos suerte.
z) QUIERO UNA ARGENTINA donde podamos convivir a pesar de las diferencias.
Un cordial saludo
CERASALE, Víctor Norberto
Agriculture & Food Security
Hace 6 horas
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