FOTO
Foto: LA NACION / Gustavo Cherro
Tensión gremial / Tras la reacción de Washington por el caso Kraft
Desplante a la embajadora de EE.UU.
El jefe de Gabinete suspendió ayer una audiencia con la diplomática, tras el pedido de Martínez por las inversiones norteamericanas
Noticias de Política: Miércoles 30 de setiembre de 2009 | Publicado en edición impresa
Lucas Colonna
LA NACION
Malestar, sorpresa, desazón y confusión. El reclamo público de los Estados Unidos a las autoridades nacionales y provinciales para alcanzar una "solución apropiada" para la situación de la empresa Kraft Foods, de capitales norteamericanos, encendió una señal de alarma en el gobierno de Cristina Kirchner y arrojó un manto de dudas sobre el futuro del zigzagueante vínculo bilateral con Washington.
Un día después del planteo diplomático de la administración de Barack Obama, y en un clima de crispación social -con marchas de los trabajadores en distintos puntos del país y el conflicto aún abierto-, la Casa Rosada suspendió ayer sorpresivamente una reunión que estaba prevista entre el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y la embajadora norteamericana en Buenos Aires, Vilma Socorro Martínez.
El encuentro estaba acordado para las 11 de ayer, en el despacho de Fernández, y había sido arreglado entre las partes 10 días atrás con el objetivo de lograr una presentación formal para abrir un canal de diálogo entre la embajada y uno de los principales ministros del gabinete. Pero a las 9.30 el funcionario lo canceló.
La explicación oficial del Gobierno fue que el jefe de Gabinete recibió una llamada de la presidenta Kirchner y se vio forzado a modificar su agenda para acudir a la residencia de Olivos. Lo peculiar del caso es que el ministro tiene el despacho contiguo al de la jefa del Estado y, literalmente, trabaja codo a codo con la Presidenta. "No tiene vinculación alguna con el caso Kraft", fue lo primero que dijeron los voceros del ministro.
En tanto, en la embajada norteamericana reinó la usual prudencia que suele sobrevenir a los entredichos diplomáticos. "La embajada no comenta detalles de la agenda de la embajadora u otros funcionarios", fue la escueta explicación brindada a LA NACION en la representación diplomática norteamericana.
En el sutil lenguaje de la diplomacia, significa que Washington ha decidido llamarse a la más deliberada mesura para evaluar el impacto de la primera gestión de Martínez en la Argentina, que, por cierto, tuvo una fuerte trascendencia política.
Por la noche, en la Casa Rosada buscaron suavizar el entredicho y dijeron que el jefe de Gabinete se comunicaría en el transcurso de la jornada de hoy con la embajada para acordar una nueva fecha para el encuentro con Martínez, que aún sigue indefinido.
Kraft Foods, de capitales norteamericanos, entró en un estado de ebullición luego del despido de 157 empleados, lo que derivó en medidas de fuerza que incluyeron la toma de la planta en General Pacheco durante más de 20 días y un desalojo con represión de la fuerza pública que dejó una docena de heridos y 70 detenidos.
Inquietud
Frente a ese escenario, la embajada hizo llegar su inquietud al Gobierno por el futuro de la compañía, y anteayer hizo saber públicamente que su intención es "proteger las inversiones norteamericanas que dan buen empleo a unos 155.000 argentinos". En el argot diplomático, representan un señalamiento amplio y abarcativo de la inquietud de la Casa Blanca ante eventuales brotes de conflictividad sindical en otras firmas de capitales norteamericanos.
La gestión norteamericana fue la primera misión de Martínez en la Argentina, destino al que arribó hace menos de un mes.
Anoche, el desconcierto sobre el futuro del vínculo bilateral llegó hasta la propia Cancillería. El titular de la cartera, Jorge Taiana, mostró inquietud entre sus colaboradores ante el tono del reclamo norteamericano, según supo LA NACION de su círculo más íntimo. La desazón responde, sobre todo, a las expectativas abiertas en el gobierno nacional por el perfil progresista de la embajadora Martínez, con la que se esperaba lograr una empatía que permitiera superar los entredichos que caracterizaron el vínculo con la Casa Blanca desde la asunción de Cristina Kirchner.
El Gobierno dijo oficialmente ayer que no recibió "presiones" de la embajada norteamericana en el país para resolver el conflicto de la ex Terrabusi y aclaró que la representación diplomática sólo se propuso "averiguar" la situación que atraviesa esa compañía.
Las explicaciones sobre el caso corrieron por cuenta del ministro de Trabajo, Carlos Tomada. "Todos los embajadores, los nuestros, cuando hay intereses de las empresas argentinas intervienen en el sentido de que averiguan, pero de ahí a que intervengan en el tema, presionen o por el estilo, no es así", afirmó el funcionario.
LA RELACIÓN
7 DE MAYO DE 2009
El nombramiento.
Barack Obama designa a Vilma Socorro Martínez como embajadora.
21 DE MAYO DE 2009
Acercamiento.
Tras la designación, Obama envió una carta a Crtistina en la que invitó a una mayor cooperación.
18 DE SEPTIEMBRE DE 2009
Presentación formal.
La embajadora hizo su presentación formal ante el canciller Jorge Taiana y llamó a mejorar el vínculo.
22 DE SEPTIEMBRE
Contacto cara a cara.
La presidenta Kirchner tuvo un fugaz contacto con Obama en un almuerzo en Nueva York.
28 DE SEPTIEMBRE
El reclamo.
La embajada norteamericana dio a conocer su inquietud por el caso de la firma Kraft.
ABRIR AQUÍ:
Tensión gremial / Tras la reacción de Washington por el caso KraftDesplante a la embajadora de EE.UU.
El jefe de Gabinete suspendió ayer una audiencia con la diplomática, tras el pedido de Martínez por las inversiones norteamericanas
lanacion.com | Política | Mi�rcoles 30 de setiembre de 2009
el dispreciau dice: lo urgente siempre termina desplazando y destruyendo a lo importante... y esto se ha hecho costumbre en la clase política. Nadie atina a asumir dónde está el foco y de qué debe preocuparse primero y ocuparse después. Los funcionarios de nuestro país viven atropellados por sus propias falencias y se atan los pies y las manos con sus propias incapacidades, la primera de ellas es la obsecuencia que los ahoga de poder. Una reunión se puede suspender porque todos tenemos problemas inesperados pero a decir verdad el país está apabullado por problemas no resueltos desde que tengo uso de razón (casi 60 años). El problema de Kraft es sinónimo de Estados Unidos de Norteamérica donde las corporaciones se han olvidado de Vance Packard y desde hace mucho proceden despiadadamente con el personal que no se ajusta a sus expectativas, esto ha sido así por años así es que a nadie debería llamarle la atención: las gentes son descartables y en países imprevisibles como este, más. Desconozco las razones de los despidos. Seguramente las habrá. Pero queda en evidencia una impericia brutal en el manejo del "outsourcing" que coloca al ser humano en condición de "descartable" (más allá de las razones de cada quien). Las corporaciones han olvidado definitivamente que además de ganar dinero tienen un fin social que hace a la comunidad como fin último ya que quien les compra los productos son parte de ella. Pero la obsecuencia no se ha situado únicamente en los estados políticos, también se han encaramado en las empresas donde las impericias corporativas son rutina. Transitamos un mundo donde a nadie le importa nada del otro y así nos encaminamos a una extinción inducida por la impericia de la soberbia. Nadie quiere escuchar nada acerca de las verdades ajenas y entonces se concentran en autismos que se ampararan en frases hechas tales como "las verdades son relativas" aunque sentencian que las únicas verdades que guardan importancia y justicia son aquellas sustentan "ellos" los dueños de la razón y justicia. Así es que la sociedad argentina se suma en un apocalipsis urbano que no tiene fin. Nadie encuentra piso mientras las incapacidades producen inflación y suben tarifas para justificar las barbaridades que gesta la improvisación universal que nos caracteriza. Así nos vamos cayendo del mapa, desprendidos de la región, liberados del planeta Tierra. Sencillamente no existimos, mal que nos pese. La parte que aún anda del país depende de las gentes y sus voluntades, nada más. Por lo demás estamos desenchufados de la realidad. Cerca de los desatinos de Chávez, pero lejos de la coherencia necesaria. Que la reunión con la Embajadora se haya suspendido puede guardar razones pero para ser claros, nuestros funcionarios viven atropellados por urgencias que licuan a las prioridades. Las urgencias acumulan tal magnitud que finalmente no atienden a ninguna, total siempre se consideran inmortalizados en el poder... tal escuché decir a un Gobernador devenido en Senador "a mí, que me traigan votos"... "lo demás, no me interesa" (todo esto mientras su provincia se llenaba de pobres que nadie veía). Conducta autista si las hay pero que evidencia el pensamiento políticamente correcto que nos destruye por estas horas, por las pasadas y seguramente por las que vendrán. Las explicaciones que bajan de los legisladores al igual que las emanan del ejecutivo son sencillamente impresentables. Dan vergüenza ajena. Por su parte la conducta de KRAFT es propia de las corporaciones desmadradas que surcan el cielo del apocalipsis económico-financiero que recorre el mundo mintiendo a unos y despreciando a otros. Según los criterios empresarios todos somos un número descartable a conveniencia y comodidad de las obsecuencias que ocultan las incapacidades. Así es que desconocen que aquellos que trabajan son parte de los que les compran los productos que fabrican o comercializan... y en el brutal achique, van logrando que nadie les compre nada. Muy original, propio de la negligencia corporativa. Han fabricado el don de "excluir" como materia esencial. Ese factor común que domina a muchas empresas en el orbe, ha contribuido para que este mundo esté lleno de marginados, generando un burn out social de tal magnitud que aparece como sencillamente demencial. Seguramente, aparecerán justificaciones injustificables desde todos los ángulos, pero la única realidad es que nosotros, sufridos argentinos, estamos sometidos a un poder político ciego, sordo, pero no mudo... a un poder sindical, esencialmente mafioso... a un poder judicial, al que se le ha caído la venda... y a un poder legislativo que transita el estado deliberativo permanente, esencial para nunca aportar nada. Vivimos, en una fábrica de pobres. Septiembre 30, 2009.-