sábado, 29 de septiembre de 2012

VENENOS, NO MEDICINAS || La España federal como medicina | Política | EL PAÍS

La España federal como medicina | Política | EL PAÍS

La España federal como medicina

El PSOE prepara una propuesta de reforma profunda de la Constitución que exige disolución de las Cortes y referéndum, aunque tenga posiciones distintas



Rubalcaba, el pasado día 15 en un acto del PSC. / JOAN SÁNCHEZ


La diferencia entre el veneno y la medicina está en la dosis. Para Alfredo Pérez Rubalcaba, la medicina para las tensiones territoriales es avanzar, con la dosis máxima de descentralización, hacia el federalismo, mientras que para otros la sola mención de la palabra envenena la vida política.

Rubalcaba ha agitado el debate al anunciar su propósito de promover un cambio constitucional hacia un Estado federal. Y el debate no es pacífico porque desde 1978 no han cesado las tensiones territoriales, la derecha encabezada entonces por Manuel Fraga cuestionó la Constitución por su rechazo al título VIII que hace el diseño territorial, cada Estado sigue un modelo diferente con características distintas, el Estado autonómico es una rareza en el mundo, cala la idea de que el Estado descentralizado es despilfarrador y el constitucional es la rama del derecho más creativa. Todo se complica porque se precisaría abrir en canal la Constitución, con una reforma agravada, que exige mayoría cualificada, disolución de las Cortes y referéndum.

Las autonomías tienen más competencias cedidas que los miembros de algunos Estados federales, pero no hay diferencias entre ellos, algunos tienen plena autonomía fiscal (por ejemplo, en Australia) y disponen de mecanismos de cooperación, como cámaras territoriales donde están representados los Estados. Por eso, el único denominador común de constitucionalistas y políticos es que el Senado, el gran agujero negro de la Constitución, necesita un cambio urgente. PSOE y PP han defendido en distintos momentos su reforma, con diferente grado, pero nunca se atrevieron.

Andrés de Blas, catedrático de Constitucional de la UNED, asegura que “en la práctica España es un Estado federal; presenta los rasgos externos de federalismo, que tiene muchos tipos y uno de ellos es el autonómico”. Como diferencias para convertir España en federal, menciona que el Senado no es la segunda cámara, no hay participación de las comunidades en la formación de la voluntad del Estado y no tienen constituciones como garantes de su autonomía. Pero no hay diferencia en competencias.
Ramón Jáuregui, que prepara la propuesta del PSOE, afirma que la Constitución tiene naturaleza federalizante, pero que es preciso ahora avanzar hacia la España federal. Para eso, propone reformas básicas como: que en el Senado estén representadas las autonomías (como en Alemania); que se clarifiquen las competencias, que se fije un modelo fiscal y que se establezcan mecanismos de cooperación. En su opinión, es sostenible que haya diferencias entre miembros de un Estado federal, por sus circunstancias, historia, lengua, insularidad, etcétera. Pero, abierto el melón por el líder del PSOE, ni siquiera hay acuerdo entre los dirigentes de este partido. Sostenía el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que el PSOE era el partido que más se parecía a España. Se refería a la diversidad en un partido que se dice federal en su organización, y es aplicable a que dirigentes como Txiki Benegas ven innecesario el cambio, mientras otros, como los del PSC, o Jáuregui y Francisco Caamaño, proponen ir a un Estado federal, con un cambio de la Constitución, que afectaría a más de 20 artículos.

Benegas sostiene que la diferencia entre Estado autonómico y federal “es solo nominativa”. En su opinión, el autonómico “ha ido más allá del federal en competencias y es más flexible porque permite hechos singulares” y que algunos tengan competencias sobre policía, prisiones o derecho civil, entre otras. En Alemania, en cambio, todos tienen las mismas. En España también es posible la cesión de competencias con el artículo 150.2 de la Constitución, utilizado una vez para que Cataluña asumiera el tráfico. En su opinión, la expresión federalismo asimétrico es un oxímoron y “el federalismo no es la panacea, aunque se plantee siempre que hay problemas”. Apoya cambiar el Senado para que haya circunscripción autonómica o para que sean designados por las comunidades.

Esteban González Pons, dirigente del PP y profesor de Constitucional, considera que la principal diferencia entre Estado autonómico y federal es que en el primero la soberanía es única y en el federal es de cada uno de los miembros. Eso supone, dice, que si fuera un Estado federal, Cataluña podría votar su secesión, pero en la España autonómica deber votar todo el país. “El autonómico es más descentralizado que el federal y no sería precisa una reforma constitucional sino una nueva Constitución”, asegura.

El propósito federal sí tiene apoyo, con muchos matices, en UPyD. Rosa Díez asegura que “el mejor modelo territorial para España es el modelo federal cooperativo, que contempla una alta descentralización política y exige cooperación entre los Estados (comunidades) y de estas con el Gobierno. El Gobierno tendrá competencias indelegables y exclusivas en todo aquello que sea considerado principio básico de interés general y garantice que los derechos fundamentales sean efectivos en condiciones de igualdad para todos los ciudadanos. Seguridad nacional, política exterior, medio ambiente, educación, sanidad, políticas sociales... serían algunos de los ejemplos”.

Su modelo sería el alemán, con “una reforma constitucional, que cierre con claridad el marco competencial, porque el Estado de las autonomías ha de ser revisado con urgencia, pues ha concluido en un Estado inviable en lo político e insostenible en lo económico”.



Lara: “Si Cataluña se independiza el Grupo Planeta se tendrá que ir”

El empresario alerta de que otra “guerra del cava” dejará “muertos y heridos graves”

"Mas tiene gente dándole consejos que está muy nerviosa", señala el editor



José Manuel Lara, presidente del grupo Planeta. / TEJEDERAS


Si hay una mayoría silenciosa en el debate soberanista que se ha abierto en Cataluña, es la de los grandes empresarios. Ayer, sin embargo, el presidente del gigante editorial Planeta, José Manuel Lara, se desmarcó del perfil público bajo que mantienen y amenazó con trasladar la sede social de su conglomerado en caso de producirse una secesión. “Se lo decía al presidente [de la Generalitat, Artur Mas: yo lo tengo más fácil que nadie. No hay ningún negocio editorial que tenga su sede en un país extranjero que hable otro idioma. Es absurdo. La sede se tendría que ir a Zaragoza, Madrid o Cuenca”, afirmó con rotundidad Lara, también presidente del Grupo Antena 3 y editor de La Razón.

“La independencia es absolutamente imposible”, aseguró el empresario, conocido por decir siempre lo que piensa, en una entrevista a Abc Punto Radio. A su juicio, Mas —con el que dijo que había hablado hacía apenas unas horas— se está dejando llevar por su entorno y creando “expectativas a la gente”, para las cuales no “hay el caldo de cultivo suficiente” porque, sostuvo, “entre el 60% y el 80%” de los catalanes se siente español y catalán. “Tiene gente que lo aconseja que está muy nerviosa, y la situación que estamos viviendo requiere reflexión, serenidad y no precipitarse”, remachó. Pero Lara tampoco ahorró reproches para “la otra parte”, encarnada en el Gobierno central, por haber incumplido compromisos y no sentarse a hablar “de una vez”. “No deberían haber esperado a esta situación”, criticó.

El empresario, dueño de la sexta editorial del mundo, con una facturación de 1.819 millones de euros y más de 10.000 empleados, afirmó que espera que hoja de ruta que ayer adoptó Mas en el Parlamento catalán sea un “arma de presión para buscar algo a mitad de camino”. Lara confesó tener un “miedo horroroso” por una posible “radicalización del voto” y advirtió de un nuevo boicoteo como se produjo al cava en 2004, tras unas declaraciones del entonces líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira.“En una guerra del cava habrá muertos y heridos graves”, alertó.

Los negocios de la familia Lara

José Manuel Lara preside el Grupo Planeta, un gigante editorial que cuenta con sellos como Crítica, Espasa, Ariel, Paidós y Destino, además del Grup 62 y el sello de coleccionables Planeta DeAgostini. En 2008, Lara adquirió Editis, el segundo grupo editorial francés, por 1.026 millones de euros. Además, dentro del conglomerado hay también medios de comunicación como Antena 3, Onda Cero, Europa FM y el diario La Razón. Planeta también concentra el canal de venta directa y por Internet, y entre sus empresas están La Casa del Libro y Círculo de Lectores.

Fuera del negocio editorial y audiovisual, en 2010 Lara fue nombrado vicepresidente de Banc Sabadell, en el que mantiene una participación relevante a través de varias sociedades. También estuvo en el sector aéreo y en 2004 fundó Vueling junto con el fondo de inversión Apax Partners, de la que salió en 2009 tras vender su participación del 14,3%. Lara ha tenido también un papel público relevante en Barcelona, al presidir entre 2005 y 2008 el prestigioso lobby Círculo de Economía, de cuya junta directiva aún forma parte.

Lara es uno de los pocos grandes empresarios que ha hablado, y sin ambages, en público. Otros lo hacen en privado o en los pasillos de foros en los que participan. Y ahí la mayoría se muestran muy preocupados. No solo por la deriva independentista de Mas y por los riesgos e incertidumbres que plantea este proceso, sino porque el presidente de momento está desoyendo a las élites empresariales catalanas. Y, según varios empresarios, eso ha generado una enorme sorpresa, máxime cuando Mas ha ido colgando la etiqueta de business friendly (cercano a los empresarios) a su Gobierno.

Prueba de esa inquietud de los empresarios es la que anteayer expresó en un foro público organizado por ESADE el presidente de Abertis y asesor del comité de expertos en materia económica de Mas, Salvador Alemany. “No estamos tranquilos”, afirmó antes de pedir a los Ejecutivos central y catalán que retomen el diálogo. Aun así, el mundo empresarial no es homogéneo, y conviven pymes con ventas locales —donde hay todas las opciones— junto con firmas cuyo negocio está en el resto de España y el extranjero, mucho más reacias, si no contrarias, al proyecto hacia el que ha puesto rumbo Mas.

El empresario catalán ha recordado al presidente de la Generalitat que la independencia supondría su salida de la zona euro, en la cual sería complicado entrar; que Cataluña debería llevarse el 20% de la deuda española y sus intereses, y que, en caso de entrar en el euro, será contribuidora neta de fondos comunitarios a otros países.

Los empresarios catalanes hasta ahora han tratado de quedar al margen del debate soberanista que se ha abierto. En especial las grandes corporaciones, que ya advirtieron a Mas de que solo lo acompañarían en la negociación del pacto fiscal con Mariano Rajoy, pero no más allá. Ante la convocatoria de elecciones y el anuncio de una consulta para la autodeterminación, que el miércoles se aprobó en el Parlament, las patronales han pedido a los Gobiernos catalán y central que reanuden las negociaciones para mejorar la financiación de Cataluña.


el dispreciau dice: la clase política está empecinada en diseminar sus venenos ideológicos, esos que se venden como medicinas, pero que sin embargo no dejan de ser venenos de altísima toxicidad, capaces de arrasar sociedades enteras y dejar páramos... más tarde se venderá el bioterrorismo y la guerra biológica, que no es más que una excusa de las miserias humanas encaramadas en el poder... mientras el problema crece de la mano de las ausencias de soluciones coherentes, el FMI sigue protegiendo a los victimarios (delincuentes disfrazados de empresarios, banqueros y economistas), los que a su vez retroalimentan el cataclismo social que transita el mundo humano. Produce pena ver a España atrapada en calamidades que sólo revelan y apenas justifican las miserias políticas y humanas del peor de sus lados... un reino en decadencia (reyes de pacotilla)... pactos semejantes... economías derruidas. La clase política habla como si los pueblos fuesen animales que deben sacrificarse para salvaguardar sus locuras y demencias oportunistas... y esa misma clase política (allá y aquí) asume que las gentes somos idiotas que estamos para alimentar sus ruinas. La realidad, aunque no se den cuenta (los políticos) es que las democracias y sus raras repúblicas están transitando sus últimos pasos... vestidos y disfrazados de uniones transitorias mentirosas, ya que de hecho, la Unión Europea no es más que una trágica mentira inviable en su concepción... ya que aquello que se forma para "usar al otro" perecerá más tarde o más temprano sin atenuantes. A estas alturas, ya no tiene importancia si Cataluña se independiza... a decir verdad, hace rato que las comarcas son naciones independientes, aún cuando los mapas políticos digan lo contrario. Nada distinto sucede con el país vasco o cualquiera de los pueblos de la antigua europa... se los obligó a formar parte, pero en realidad jamás perdieron sus respectivas identidades... ya que los políticos, reyes, virreyes, príncipes, condes, duques y otros inútiles de la diplomacia de los incapaces, han trabajado decididamente de demostrar que esas uniones no son útiles a nadie... más que a ellos y sus necedades, negligencias, y antojos. Septiembre 29, 2012.-

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