domingo, 18 de mayo de 2008

SABIDURÍA..., con inteligencia no alcanza

Esta Gestión de Gobierno adolece de una carencia que caracteriza al modo de un factor común a toda la clase política argentina, la de no mirar más allá de sus narices. Seguramente este problema está asociado con las deficiencias de la formación donde se imprime a las mentes de mucha "teoría" pero jamás se aborda seriamente el foco de la práctica, del ejercicio racional de una profesión, ni que hablar de una función. Los funcionarios carecen de lógica pragmática y dado que no se parte de una planificación del modelo de país que pretendemos, no como partido político sino como sociedad, esta última otorga el voto partiendo de la premisa del "menos malo" y así nos va. Durante los noventa el poder político se construyó a partir del desmantelamiento productivo del país, introduciéndolo en el antiguo modelo latinoamericano que se define por "algunos" ricos, muchos "pobres" y muchísimos más "marginados"... Ello llevó a algunos a aplaudir lo que ahora funda sus lamentos. Lamentos de no tener rutas, te tener un país incomunicado, de hablar de salud pública pero no ejercerla, de hablar de educación pero tener a los niños y jóvenes bajo un modelo que sólo puede proveer fracasos a lo largo de la vida, tampoco hace falta mencionar que la justicia ampara a los delincuentes y traficantes en nombre de los "derechos humanos", desamparándonos a todos aquellos que aportamos algo para que éste país no deje de ser tal... ¿hace falta agregar algo más?, quizás sí, quizás no. Luego de la temible crisis del 2001 que reveló la incapacidad de gestión de los que habían estado sumada a la de los que habían llegado, nada ha cambiado. Los que continuaron se escudan tras la redistribución de la riqueza, una mentida muletilla para zafar de la realidad que nos impone la rutina. La muestra está a la vista. El país está inmovilizado desde que se produjo la crisis del campo y ninguno en Balcarce 50 tiene la "grandeza" como para dar un gesto que se transforme en modelo de enseñanza, esto es, dar un paso atrás, reflexionar, aceptar que es imposible ejercer una conducción de manera inconsulta (en especial de una sociedad maltratada hasta el hartazgo desde que tengo uso de razón, y llevo 57 años circulando por esta mi tierra, y de haber circulado por el mentado "primer mundo"), sentarse a una mesa y comenzar de nuevo, a construir el mañana que todos necesitamos. La soberbia no deja pensar, no permite ver, mucho menos escuchar, ni que hablar de razonar. El Gobierno, este al igual que los anteriores, se sustentan en fuerzas de choque y en la ciencia del "bombo", comprando al auditorio en función al condicionamiento de sus necesidades más elementales. Todavía no se ha dado cuenta que dicho esquema está perimido. La asunción del flamante presidente del PJ ha sido una cabal muestra de las miserias enquistadas en el poder, un poder que desde el advenimiento de la democracia nunca dejó de ser mezquino. Es como si los funcionarios viviesen en otro país. ARGENTINA hoy es una paradoja. Tenemos un Ministerio de Desarrollo Social de Nación donde sus funcionarios trabajan en dirección a la gente, lo cual debe ser aplaudido y cuya gestión no trasciende porque los argentinos hemos aprendido a ver lo malo y nunca apreciar lo bueno hasta que lo perdemos o no se nos va en forma de mérito al exterior. Tenemos un Ministerio de Salud de la Nación que está luchando para reconstruir años acumulados de incoherencias y dobles mensajes. Pero detrás de ello, todo se opaca y aparecen los descriterios de la destrucción del INDEC y de allí en más el agigantamiento de la figura de funcionarios que se rien de la gente defendiendo la gestión de la Señora Presidente, quien parece cederles alegremente esa capacidad manifiesta que tienen para querer salir en la foto, asegurando que la Señora fue elegida para Gobernar a todos y no para ser cuestionada para unos pocos (¿campo + sociedad [50%]?). Como humilde ciudadano, entiendo que es hora que la Señora Presidenta asuma con sabiduría el rol que le cabe y le compete. La inteligencia no alcanza. Ella no puede ni debe rebajarse pero esta circunstancia lamentable le ha dado la oportunidad de construir un modelo de gestión diferente. ¿Qué significa ello?: simplemente llamar a los dirigentes del campo y pedirles (seriamente) que eleven de manera inmediata, fehaciente, pública (en todos los medios) cuál es su proyecto de producción y gestión y a partir de allí, respetando sus criterios políticos y las necesidades marco del país, construir un PROYECTO GENUINO a diez años, corregible, adaptable, flexible, ajustable, etc. No obstante dicho rol es sólo de ella desde el comienzo hasta el fin. No de sus terceros funcionarios. Ello produciría un quiebre inmediato del conflicto ya que tampoco debe olvidarse que el campo es el eje productivo de nuestra querida tierra... sin el campo activo, pro-activo, inter-activo, no hay país porque muchas variables dependen de él. Dicho quiebre no implica "ceder", no indica "debilidad de género", tampoco política. Dicho quiebre es un acto de sabiduría que pasa por alto el conflicto y mira el mañana que todos necesitamos para seguir llamándonos ARGENTINA. Esa sabiduría no fue enseñada nunca por el Presidente Kichner. Por ello, la Señora Presidenta tiene la oportunidad histórica de pasar a la "historia" (perdón por la redundancia) esgrimiendo esa capacidad que la caracterizaba antes de asumir su gestión... y que extrañamente se diluyó en mensajes de confrontación que no son apropiados ni adecuados para la circunstancia. Por otra parte, la Señora Presidenta no debe esperar un gesto de grandeza ciudadana de parte de gentes que están acostumbrados a pelearla como se puede. A veces el horizonte lejano del campo no permite ver mas allá de las alambradas. Entonces dicho ejercicio es de su propia potestad. Colocar la pelota de la responsabilidad cierta en el campo del otro y utilizando las energías del que aparece como contrario, opuesto, o como quiera llamársele, construir ese tan declamado modelo que necesitamos todos. Ya sabe ella (la Señora Presidenta) y sabemos todos (los argentinos) que el método confiscatorio no sirve, no es bueno, no se ajusta al modelo de país que pretendemos para nuestros hijos y nietos. Quizás, ese paso, el de salirse del foco del problema reclamando la responsabilidad cierta de aquellos que dicen asumirla, cambiaría la historia de la sufrida Argentina, colocándola ante una nueva manera de pensar y de hacer. El modelo ejercido por Alicia Kirchner es silencioso, de perfil muy bajo pero efectivo. Está siempre donde debe estar y se adelanta a los problemas. Habrá deficiencias y seguramente las hay porque forman parte de la realidad cotidiana, pero su ejercicio "construye" sin que nadie lo perciba. La gente que la acompaña ayuda a ello porque posiblemente entendieron que importan las personas y sus roles en función del equipo y las finalidades (los nombres cambian). Cuando la Señora Presidenta promueva este "nuevo" sentido de oportunidad para la sociedad argentina, habrá recuperado la confianza de todos, pero finalmente habrá demostrado que ella está por arriba de las circunstancias y no forma parte de los problemas sino de las soluciones. ¿Tendrá la suficiente capacidad para dar semejante "gesto de grandeza" política?. El día que asuma dicho rol... ARGENTINA comenzará a abandonar esa triste imagen que la vincula con la película "el tambor" (donde Alemania no queria crecer ni madurar). CERASALE VICTOR NORBERTO [DNI 10.119.347] cerasale@ciudad.com.ar

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