viernes, 10 de mayo de 2013

REDES SIN ROSTROS ► “Cuando le preguntaba a mi madre por mi origen se ponía a llorar” | Comunidad Valenciana | EL PAÍS

“Cuando le preguntaba a mi madre por mi origen se ponía a llorar” | Comunidad Valenciana | EL PAÍS

“Cuando le preguntaba a mi madre por mi origen se ponía a llorar”

Mari Carmen fue vendida por 350.000 pesetas en 1979 en Melilla a una familia valenciana

Hoy da la cara por los bebés que fueron víctimas de una trama


Maria Carmen, en un momento de la conversación. / JOSÉ JORDÁN

Mari Carmen tiene 34 años. Siempre supo que era distinta de las niñas que veía en Ontinyent. Llegó recién nacida, "desnutrida y con llagas", a la población valenciana en 1979 procedente de Melilla.  "Con seis años, los niños me llamaban la negra y yo ya notaba que era distinta, que tenía unos rasgos diferentes", cuenta esta mujer morena, de cejas espesas, con tendencia a sonreír, a pesar de la crudeza de algunos hechos que relata.
 Hoy es la voz y la cara de seis vecinos de esta localidad distante 84 kilómetros de Valencia que han descubierto ser víctimas de una trama de compra y venta de bebés, procedentes del Norte de Marruecos y Melilla. "Tengo relación con seis, pero seguro que hay más. Por eso hay que hablar y dar a conocer nuestra situación para que salgan a la luz. Hay que acallar los cuchicheos. La Guardia Civil habla de al menos 28 bebés que fueron comprados y traídos a España sobre todo a finales de los años setenta, pero puede haber muchos más", sostiene, mientras toma un café mirando su teléfono móvil que no para de sonar. Ella fue vendida en 1979 por 350.000 pesetas (210 euros).

Cuando la Guardia Civil hizo público el pasado miércoles algunos resultados de su investigación, Mari Carmen decidió contar su historia. No lo había hecho antes para no interferir en las pesquisas que arrancaron en 2011, cuando dos vecinas de Ontinyent denunciaron una trama de tráfico de bebés al descubrir que era adoptada. Una mujer, hoy anciana, de esta población de 38.000 habitantes ejerció de intermediaria. Hoy está imputada y no quiere decir nada, pero hace un par de años insinuó que ella había traído 14 bebés a Ontinyent. Su familia amenazó y ahuyentó a las chicas que se acercaban a su casa para hacerle preguntas.

Mari Carmen quiere dejar bien claro que es feliz, que ha tenido "una infancia y una adolescencia muy felices", que sus padres adoptivos, sus primas y sus tíos se volcaron con ella. "Yo era el ojito derecho de mi padre", apostilla con la voz un instante quebrada esta mujer enérgica y valiente. Su padre, fallecido hace ocho años, trabajaba en una empresa textil y emigró a Francia. Cuando regresó a España, en vez de "comprarse un piso", el matrimonio dedicó los ahorros a conseguir su mayor anhelo, tener un hijo.  La intermediaria les aseguraba que ella lo facilitaba todo.

"Nosotras y nuestros padres adoptivos somos víctimas. Los padres deben entenderlo. No vamos contra ellos. Algunos creen que pueden ir a prisión si son imputados, pero no es así. Es un poco lioso. Hay abogados que dicen que los delitos ya han prescrito y otros que no todos, como el de falsedad documental", apunta Mari Carmen, cuya madre murió hace un año. La Operación Oculta de la Guardia Civil ha permitido imputar a 18 personas de 31 implicadas en toda España, la mayoría padres y madres, algunos ya fallecidos y se han aclarado 14 casos de bebés adoptados ilegalmente. La trama comercializó al menos con 28 bebés entre 1978 y 1984

"A los 16 años le pregunté una prima mayor que yo si recordaba a mi madre con la panxa grossa [barriga gorda]. Y me dijo: 'Yo no te voy a mentir: No la recuerdo embarazada'". Le extrañaba que, cuando se interesaba por el momento de su nacimiento, su madre le contestara a veces que había sido por la tarde y otras por la mañana". Al final le dijeron que era una niña adoptada, pero no conocía las circunstancias. "Cada vez que le preguntaba a mi madre por mi origen y cómo fui adoptada se ponía llorar", rememora. Al final empezó a contar detalles y a relatar todo lo sucedido. En 2011, Mari Carmen escribió un mensaje en una web de niños robados, interesándose por casos como el suyo. Y recibió una respuesta de su mismo pueblo, Ontinyent. A partir de ahí, empezó a atar cabos. Y decidió que daría un paso adelante. Dos chicas ya habían denunciado los hechos ante la Guardia Civil y en Antena 3 sin revelar sus nombres. Otras callaban para no perjudicar a sus padres ni a sus hijos. Ella daría la cara.


el dispreciau dice: las redes acrecientan sus operaciones mundiales... trafican niños... trafican niñas... compran y venden humanidades robadas bajo la protección de estados ausentes... de curas y monjes que compran y venden bajo un Dios no-vidente... de aliados y socios sin cabeza, pero en esencia sin alma... ya que no se miden las ausencias, las carencias, los dolores que devienen de los recuerdos extraviados pero que siempre regresan. Insisto, estos son delitos de lesa humanidad, aquí, allá, en España o en la China. Inaceptable. Inadmisible. Claro está, la crisis justifica los disimulos políticos, aventando otras "prioridades" que no son más que excusas oportunistas. El mundo parece haber perdido el "cerebro", pero en verdad el problema reside en que los estados, además de ausentes, están conducidos por dementes... no ahora... sino desde siempre. MAYO 10, 2013.- 

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